Dolores Rodríguez Sopeña da nombre a una calle de Almería que va desde San Leonardo hasta la Rambla. En ella se halla el entrañable Hotel Fátima y sus casas son todas de planta baja con un jardín en su parte trasera. Quien da nombre a esta vía nació el día 30 de diciembre de 1848 en Vélez Rubio. Muy joven, su constante deseo de ayudar a los más necesitados le llevó a ingresar en una orden religiosa. Su padre, Tomás Rodríguez, era Fiscal del Rey en la Audiencia de Cuba y Puerto Rico; y con él se marchó toda la familia a América. En Cuba fundó Dolores la orden de las Damas Catequistas, dedicada fundamentalmente a catequizar a los más pobres, que solían ser los negros y los mestizos. Allí coincidió con quien más tarde sería obispo de Almería. José María Orberá, vicario por entonces de aquella archidiócesis, con quien colaboró eficazmente. Estableció centros obreros en varias ciudades cubanas y españolas, entre ellas en Almería. Esto le llevó a tomar contacto con los principales movimientos sociales de la época, siendo una adelantada en el tema. Tras regresar a España a comienzos del siglo XX, siguió trabajando en esa línea social. En el año 1915 se le otorgó la Cruz de Alfonso XII por sus desvelos en apoyo de los más humildes. Falleció en Madrid el 10 de enero de 1918, hace 94 años. Su proceso de beatificación (paso anterior a la santidad) comenzó en 1957 y concluyó a principios del presente siglo, con lo cual ahora debemos hablar de la beata Dolores Rodríguez Sopeña.