De nuevo estamos ante otro personaje al que toda Almería conoce sólo porque da nombre a una céntrica calle. Hace un siglo era una rambla y, tras las inundaciones de 1891 se urbanizó. Como ya habrán adivinado, me refiero a la Rambla Obispo Orberá.
José María Orberá y Carrión nació en Valencia en 1817. Se ordenó sacerdote en 1850 y fue trasladado a Cuba en 1862.
El 30 de septiembre de 1875 fue nombrado obispo de Almería. Poco después se produjeron unas gravísimas inundaciones en los pueblos del río Almanzora. El Obispo ordenó hacer una colecta y fue personalmente a interesarse por su situación y a llevarle las 150.000 pts. recaudadas.
En 1885 hubo una epidemia de cólera en la provincia y el obispo Orberá montó dos cocinas de caridad: una en Rambla Belén y otra en la Almedina, donde se repartían un millar de comidas diarias y se suministraban ropas, camas y medicamentos.
Importante fue su reforma de los templos antiguos de la ciudad y la construcción de otros nuevos, sobre todo en la provincia. Mandó construir el convento e iglesia de la Compañía de María, el seminario de San Juan, la ca-sa de acogida de las Hermanitas de los Ancianos y de las Siervas de María. Cedió un antiguo convento para instalar en él un Instituto de Enseñanza Media en Cuevas, que lo nombró Hijo Adoptivo.
El obispo Orberá falleció en Madrid el 23 de noviembre de 1886. Inmediatamente el Ayuntamiento acordó erigirle una estatua frente al Palacio Episcopal, en un lateral de la Catedral, y darle su nombre a la antigua Rambla.