Un recuerdo de Taberno y de toda su familia

Agustín Alonso Oller

Isabel María Alonso López

  • La Voz
Ha transcurrido un mes de la desaparición, por culpa de un estúpido accidente de tráfico, de la médico de Taberno Isabel María Alonso López, desbordante de vida y de amor por su profesión. Me ha costado mucho escribir las siguientes líneas de homenaje póstumo a una persona que jamás olvidaremos por su talante, cercanía, y por estar siempre próxima a las personas. Es el texto más duro que he tenido que escribir. Hablar de un ser humano querido que ha fallecido, no es una cosa fácil. El lunes 28 de mayo, en la carretera de Taberno a Huercal-Overa, aquel fatídico día, cuando regresabas de tu lugar de trabajo de pasar consulta en Taberno, un trágico accidente mortal hizo que no estés entre nosotros. Nos dejaste con solo 38 años. Tu hija Carolina, está con nosotros, llenaba tu vida de alegría y orgullo. Momentos tristes que lograremos superar, aunque no te olvidaremos nunca. Estamos efectivamente destrozados. Sentimos dolor en todo nuestro ser, tristeza, desconcierto, amargura, desolación, quisiéramos despertar de esta horrible pesadilla. La perdida y el dolor son muy grandes, pero lograremos salir de las desolaciones, guiados por tu ejemplar memoria. ¿Hablar de mi sobrina con sus virtudes y defectos? Era el orgullo y el patrimonio intelectual de toda la familia. Estudiante extraordinaria, trabajadora incansable, se llenó de principios y metas excepcionales, de esa esencia que caracteriza a las grandes personas. Carente de egoísmo. Como médica, nos orgullece el trato directo con sus pacientes, con una vocación personal pocas veces encontrada, con una capacidad infinita de ayudar a los demás. Han ido discurriendo, sobrecogidos, con tristeza, sin poder contener el llanto, con respeto e incrédulos, tus pacientes de los pueblos donde ejerciste tu profesión y los compañer@s de trabajo. Sobrina Isabel: Tu ejemplo nos dará fuerzas para soportar tu ausencia. Estamos convencido que donde te encuentres serás feliz. Tu legado está aquí y permanecerá en el recuerdo. Ojala nuestras vidas lleguen a ser tan plenas, dichosas y útiles como la tuya.