Ayer falleció a los 89 años Antonio Pérez Yglesias, muy conocido almeriense por su presencia en la ciudad a lo largo de su fecunda vida, desde las políticas municipales a sus estudios en la Universidad, pasando por su implicación en la Iglesia. Estaba a punto de cumplir 90 años y hoy será enterrado a las 12,30 horas en el tanatorio de la ciudad, donde desde ayer su familia y amigos velan su cadáver.
Su vida fha sido contada recientemente por Eduardo del Pino en su sección de la última o contraportada. Hijo de Antonio, el confitero del Barrio Alto, y de Carmen, Antonio Pérez Yglesias nació en agosto de 1922 y estudió en La Salle. Creció viendo cómo su padre confitero salía adelante con la confitería La Giralda, del Barrio Alto, hasta hacerse con una gran fama por sus celebradas medias lunas. Llegó a tener vendedores ambulantes que la distribuían por toda Almería. Su máximo apogeo fue en los años 50 cuando Antonio comenzó una nueva vida junto a su esposa Carmen, fallecida hace catorce años. Antonio Pérez Yglesias era un hombre dinámico, con inquietudes diversas, desde la fotografía hasta la historia, y muy religioso. Durante diez años trabajó en el economato de Renfe, donde entró gracias a la amistad que tenía con el Obispo Alfonso Ródenas. También fue amigo del obispo Angel Suquía. Años después fue funcionario de la Junta de Obras del Puerto y en de 1966 salió elegido como concejal de Representación Familiar en la época del alcalde Guillermo Verdejo.
Posteriormente, llegó a ser teniente de alcalde con Francisco Gómez Angulo. Antonio Pérez Yglesias. Siempre preocupado por la gente y por su barrio, el Barrio Alto. En sus últimos años volvió a dar pruebas de su espíritu luchador e inquieto apuntándose a la Universidad de Mayores de la UAL, donde fue el alumno de mayor edad. En los últimos años vivió con limitaciones por la edad y salud pero con el amor de su familia, de sus hijos Antonio Miguel, Carmen, María del Mar e Inma. Lo enterrarán hoy a las 12,30 horas.