Por encima de todo hemos perdido a un honbre bueno. Serafín, era un empresario del mármol con un despacho siempre abierto por igual a clientes y empleados. Nunca miró hacia otro lado y luchó por su pueblo en la sombra sin hacer alarde su gran magnitud personal y empresarial.
Los Pesos Pesados del mármol le querían y le respetaban. Él, jugaba siempre su papel de hombre discreto, pero no se daba un paso al frente sin contar con su opinión.
Era uno de los más jóvenes junto a Diego Martínez Cano, MacGregor, y Antonio el de Oria. Cuando se lanzaron con Tino, Arriaga, Paco Cosentino, Pedro Pastor y tantos otros a poner en órbita la Comarca del Mármol: allí estaba Serafín.
El trabajo era su vida y el Atlético Macael su válvula de escape. Su empresa, tan cercana al viejo campo de Las Nieves y a la nueva Ciudad Deportiva le condenó a ser en una etapa presidente del equipo de sus amores. No quería. Lo suyo era ayudar en la sombra pero le tocó y lo hizo.
Daba gusto verlos a todos juntos llegar a los campos de Tercera primero y Segunda B después. Eran los Pesos Pesados del Mármol y los Pesos Pesados del fútbol. Siempre estaban juntos como en los partidos de casa cuando las distancias entre patrón y obrero eran inexistentes.
Serafín Sabiote nació para el mármol y en el marmol murió viendo esplendor y decadencia al amparo de una Virgen del Rosario que ahola lo ha recibido en sus brazos. Era un hombre bueno. Distinto a todos pero igual a ellos. Los hombres de la piedra te miran y te hablan. Te quieren y nunca lo dicen. Te ayudan y lo notas. Claros y directos como pocos. Todos son iguales. Son mineros y valientes. Ningunos como ellos.
Uno tarda en entender al macaelero cien por cien pero: gracias a Serafín Sabiote la puerta quedaba abierta porque para llegar a todos los Pesos Pesados había que llamar a la puerta de Serafín.
Yo le preguntaba por el mármol y él me hablaba de fútbol. Yo le preguntaba por ‘El Tino’ y él por ‘Antonio el de Oria’. Así pasaban nuestros días en la Sierra de Los Filabres. Él generando empleo y riqueza y, yo, cantando goles de un Atlético Macael que siempre llevaré en mi corazón, tu Atléti Serafín.
Acabo de colgar el teléfono a Pedro Pastor que va de Águilas a tu entierro pero yo no podré asitir. Con él llevas besos para todos los tuyos y epecialmente para los Pesps Pesados que hoy te recuerdan con tanto cariño y tanto dolor. Macael ha dicho adiós a uno de los grandes. A una bella persona que hizo mucho por su pueblo y por su comarca. Un empresario capaz de sumar por malos que fueran los tiempos. Un macaelero de pura cepa al que la Virgen del Rosario le dio una mesura que le hacia especial en el trato.
Pua, El Rubio, Arriaga, Tino, Manolo Valdéz, Antonio Navarro, El Tite y los Ronos, Ortega, MacGregor, Pedro Pastor y su sobrino, Antonio el de Oria, Aurelio... se me vienen tantos a la memoria solo pronunciando: Serafín Sabiote. Se nos ha ido para siempre uno de los grandes Pesos Pesados. Un macaelero cien por cien al que la vida le dio: trabajo, su Atléti y una Virgen del Rorasio a la que ha podido besar en el Cielo.