La huella imborrable de un abuelo excepcional

Sonia García González

Félix González García

  • La Voz
Abuelo de mi alma: hoy hace 11 años de tu partida y por eso estas palabras llenas de amor van dedicadas a ti solo a ti, cariño. Desde que te fuiste y me dejaste tan sola, la vida me cambió. Te llevaste esa alegría que sólo tu me sabías dar, esa confianza, el cariño, nuestros secretos que tan bien supimos guardar. Te llevaste la mitad de mi corazón, porque tu no sólo eras mi abuelo, además de eso eras mi amigo y mi segundo padre, y por ser como eras, has sabido dejar huella en los corazones de todos los que te queríamos y de toda la gente que con tu cariño, bondad, sinceridad y amor has sabido ganar a lo largo de toda tu vida. Y no me quisiera despedir de estas líneas sin antes agradecerte por haber sido mi abuelo, por haberme hecho tan inmensamente feliz, y por haberme permitido estar 20 cortos años de mi vida a tu lado. Esperamé en el cielo, que algún día nos encontraremos para juntar nuestras dos mitades de corazón que se separaron ese fatídico 22 de julio de 2001. Te quiero con todo mi corazón.