Presidente provincial de Cruz Roja Española, Pepe Mario Albacete llevó a cabo la modernización de la Institución en nuestra provincia, democratizándola y actualizando sus estructuras, actividades y programas e incorporando a sus tareas a personal renovado, competente e ilusionado con la alta misión humanitaria encomendada.
Bajo la presidencia de Pepe Mario, tuve el honor de dirigir Cruz Roja Juventud, primero en el ámbito provincial y luego en el andaluz. Posteriormente fui nombrado Director de Recursos Humanos en la época difícil de la extinción del servicio militar y la incorporación de los objetors a la prestación social sustitutoria en Cruz Roja.
Y cuando Pepe Mario pasó a formar parte del Comité Nacional, también le acompañé a la Asamblea General que Cruz Roja Española celebró en Madrid, con la asistencia de los Reyes de España, y que completó el largo proceso de democratización interna.
En todas las instancias de Cruz Roja Española en que Pepe Mario desempeñó funciones directivas, dejó siempre su impronta. Su actitud abierta y dialogante, su preparación, conocimiento y dedicación, su capacidad de dirección y liderazgo, su carisma, le hicieron pieza clave en la transición democrática y en el cambio de rumbo social que imprimió a la Institución en aquellos años intensos.
Supo integrar a cuantos venían prestando sus servicios en la provincia durante la etapa anterior, a la vez que incorporar nuevos valores en los puestos de dirección que dieran cuerpo a sus directrices e ideas en aquel nuevo concepto de Cruz Roja que él sabía proyectar con entusiasmo. Pero, sobre todo, conquistaba voluntades con su alegría de vivir y la intensidad, la pasión que ponía en la tarea.
Hijo de un médico represaliado por el franquismo -desterrado durante algunos años a la localidad de Illar-, Pepe Mario era el paradigma de aquella generación joven, competente y preparada que dio el paso adelante imprescindible en la fundamentación y afianzamiento del cambio democrático durante la llamada Transición y que escogió como instrumento de ese cambio al Partido Socialista Obrero Español.
Sin embargo, poco avezado en las luchas internas de partido, y aunque durante una época se habló de él como posible alcaldable para Almería, prefirió escuchar la voz de su vocación médica y social, y se dedicó a la prestigiosa institución que tanto amó y que tantos sacrificios profesionales y familiares le exigió siempre.
Descanse en paz José Mario Albacete. Sus innumerables amigos le recordarán en estas fechas con afecto, orgullosos de haber tenido por amigo a un hombre tan excepcional.