Adiós a un compañero

Sus compañeros de la Agencia Tributaria de Almería

Chema Ruiz Muga

  • La Voz
Sin darnos cuenta, sin tiempo para la despedida, los compañeros de la Agencia Tributaria de Almería hemos visto como se esfumaba la vida de nuestro amigo y colega Chema Ruiz Muga. En solo unos días el maldito cáncer, que no había aflorado antes, hizo su aparición de forma tan virulenta que en la madrugada del miércoles, 8 de agosto, acabó con sus escasas fuerzas vitales. Nos deja su cuerpo, pero no su ejemplo y su espíritu. Toda su intensidad, su pasión, su alegría, su rebeldía, su personalidad y talante solidario, quedan perennes en nuestros corazones, en quienes compartimos con él lo cotidiano, en los más allegados, pero también en quienes no lo conocieron tanto, pero fueron testigos de su humanidad y de su entrega y dedicación. Sus virtudes han dejado huella en forma de una nube que nos impregna y con la que todos podemos sentirnos identificados. Es un hálito de aire fresco en medio de tanta angustia y desazón que nos conmueve. Chema vino a Almería hace veintiséis años para quedarse para siempre junto al Mar, con mayúsculas. Ese Mar que le daba la vida, y le acogía en los momentos de alegría y de profunda tristeza, que los tuvo y mucho. Cuando la ruptura o la injusticia le rondaban, allí, en la orilla del Mediterráneo curaba sus penas. Pero también compartía en el mismo escenario los momentos de júbilo, solo o en compañía. El Mar le hacía grande, le renovaba las fuerzas para afrontar la soledad o la convivencia. Llegó a la Agencia Tributaria en 1986 como personal laboral y en 1994 consiguió el status de funcionario. No tardó nuestro carismático Chema en ganarse la estima y el afecto de todos, tanto de sus jefes como de todo aquel que le rodeaba o con quien tenía relación. Su trabajo serio, concienzudo, riguroso y su forma generosa de actuar le hicieron un profesional de la Administración ejemplar por su espíritu de servicio y su honestidad. Un todo terreno de la función pública, sabiéndose adaptar en cada momento a las exigencias de la tecnología administrativa. Su compañerismo por encima de todo le hacían una persona cercana, cariñosa, sensible, a pesar de que a veces no lo demostrara y se expresara en "carne viva". Ni de los que recibía un injusto trato fue capaz de pronunciar una palabra en su contra en público. Íntegro, fiel a sus principios, afable, y expresivo a raudales. Escribía como quería y se refugiaba en la pluma y en la poesía que dominaba perfectamente. Y siempre sus sentimientos más profundos aflorando, aún tratando, a veces, de disimularlo. "La Voz de Almería" fue testigo de algunas de sus reflexiones en forma de "Cartas al director" Luchador nato, rebelde como nadie ante las injusticias. Y generoso a más no poder ante cualquier llamada solidaria. Siempre estaba ahí, en vanguardia, dispuesto a defender lo justo y lo sensato. En este momento triste del adiós al amigo entrañable, al compañero fiel, a la persona íntegra, a quien con tanta generosidad nos premió durante su vida, a quien vino a Almería para quedarse para siempre, queremos dejar patente nuestro cariño y nuestro afecto...Nuestro homenaje y nuestro agradecimiento por la herencia que nos deja. Por su impronta, su frescura y su forma de ser.