Ha fallecido Eugenio Para Ródenas, padre del periodista y escritor Nacho Para. La incineración del cadáver tendrá lugar a las seis de esta tarde, sábado, en el tanatorio Mediterráneo, junto a la Cuesta de los Callejones de Almería. Eugenio Para tenía 85 años y era una persona trabajadora, leal con la familia y con una generosidad espléndida. Natural de Cartagena, llegó a Almería con 28 años y desde entonces trabajó para la compañía Sevillana de Electricidad, actualmente Endesa, en los terrenos que ocupan actualmente los edificios de la Térmica. Tras jubilarse, acompañó a su esposa Gloria a Turre donde su nómina de amigos creció con los alumnos de adultos a los que enseñaron durante varios años.
Dotado de humor inteligente, de esa forma sabía con capacidad para escuchar y tener en cuenta al otro. Se reunía con sus amigos o con las amistades de sus hijos y era capaz de permanecer en silencio. Su experiencia y veracidad estaba por encima de cualquier matiz. Cuando hablaba lo hacía para poner humor o hacer reflexionar por sus sentencia muy pegadas a la realidad. Daba gusto conversar con él. Personalmente me lanzaba buenas puyas por discrepancias futbolísticas. Disfrutó mucho de la sencillez y buen hacer en la puesta en escena de sus centrocampistas favoritos los pequeños como el propio Eugenio, los Iniesta, Xavi o Messi. Quizá se viera reflejado en ellos. Era “un manitas” y un avanzado en la Igualdad real entre hombre y mujer. Su viuda Gloria puede dar fe de ello.
A Eugenio, a su familia, la vida les golpeó cruelmente cuando su hijo Pablo comenzaba su vida profesional en Sevilla y murió repentinamente en 2001. Desde entonces, aprendió que había que disfrutar, dando un acelerón a compartir cosas con los nietos y el resto de sus hijos (todos con carreras como el añorado Pablo por su vitalidad, Manuel, Gloria y Nacho). Precisamente, Nacho Para, exredactor de LA VOZ DE ALMERÍA y uno de los periodistas más reconocidos por saber conjugar la profesión con la literatura y la música, nos decía que su padre sobre todo era un ser inteligente y generoso para todos los que le rodeaban. Hasta los médicos yenfermeras que le atendieron, en apenas cinco dias, supieron que estaban ante uno de los grandes.