Aún no nos acostumbramos a tu ausencia para siempre;
son tantos los recuerdos que se agolpan en nuestra mente,
que ni espacio dejan a la tristeza, ¡y te vivimos intensamente sin tenerte!
En este primer aniversario de tu partida sin retorno, tu recuerdo, para los que te queremos, se hace presente en el día a día de nuestras vidas, y nos ayuda.
Nos falta la vida que nos dabas, tú eres la nostalgia de todos los instantes, eres quien nos envías luz desde tan lejos.
Persona única, mujer de generosa humanidad y gran humildad, muy estimada por todos los que te tratamos. Tu familia y amigos te seguimos recordando por tu vitalidad, tu afectividad, por tu amor al arte en general y a la música en particular.
Eras humilde con tus logros científicos y feliz con los éxitos de tus colaboradores y amigos. Dedicaste mucho tiempo de tu vida al mundo científico y a enseñárselo a tus alumnos. Fuiste capaz de comunicar un suspenso a un alumno, y que finalmente que este comprendiese que le sería útil.
Tus trabajos sobre los terremotos están considerados de referencia por los expertos. Conseguiste un curriculum brillante a base de constante esfuerzo y talento.
Los valores que pusiste en práctica durante toda tu vida fueron honradez, humildad, lealtad, espíritu de sacrificio, compromiso social. Tu infatigable lucha contra la injusticia y, por encima de todo, tu amor y disponibilidad tanto a tu familia como a tus amigos y con los animales.
La cruel enfermedad golpeó con dureza tu último año de vida, aunque mantuviste un comportamiento heroico en tu lucha con ella. Las vivencias compartidas, rebozadas con el infinito amor que nos diste, hacen que los dulces recuerdos sigan presentes en nuestra memoria y te sigamos estimando intensamente. Tu familia nunca te olvidará y siempre vivirás en nuestros corazones.
¡Te echamos tanto de menos!