Hola abuelo, van a hacer dos años desde que te marchaste y parece que fue ayer.
Aún tenemos la sensación de que en cualquier momento vas a entrar por la puerta. Aquí te sentimos cada día a nuestro lado, y a diario te recordamos.
Nos dejaste un gran vacío a todos, pero ya sabrás que ella te hecha muchísimo de menos.
Siempre te estamos recordando, sobre todo cuando nos juntamos todos y empezamos a charlar, siempre estás presente en esas conversaciones.
¿Recuerdas tus limoncillos los domingos? ¿o aquella vez que te llevaste el redondo de pan de Enix? O las fiestas de Viator, cuando sentado en tu silla y con tu mesa te dedicabas al pan, y ahí estabas hasta última hora como el mas joven de los que allí trabajaban. Si es que eras único, ese carácter tuyo... Siempre con tus bromas, siempre de buen humor. Era raro verte cabreado o de mal humor. Es que entrabas por la puerta y nos iluminabas a todos con esa energía que traías y ese buen humor que contagiabas al instante.
Son tantos y tantos momentos... que siempre que podemos los recordamos, pues es una forma de sentirte más cerca de nosotros. Es una forma de que aún estés aquí con nosotros, aunque nos dejaras ya hace tiempo.
Estamos seguros de que, allá donde estés ahora, tiene que ser un lugar precioso, una parcelita hecha a tu medida.
Aunque un ángel como tú, se merece el Cielo entero.
Te queremos, abuelo.