En estos momentos tan difíciles para toda la sociedad, donde la figura del político se encuentra muy mal vista, percibido incluso como uno de los principales problemas de la sociedad española, es cuando yo quiero reivindicar la figura de Moises Ruíz Tocón, quien fuera por nueve meses Alcalde del Municipio de Alboloduy, y reconocido personaje de la política y el deporte almeriense; y quiero reivindicarla en su faceta menos reconocida, tal vez, por esa percepción negativa que tenemos de la política. El 12 de noviembre del 2002 viví uno de los momentos más tristes de mi vida cuando Moisés nos dejó. El camino de nuestras vidas nos llevó a encontrarnos como miembros de la corporación del Ayuntamiento de Alboloduy, tras las elecciones municipales del año 1999. El primer año de legislatura, él como miembro del equipo de gobierno, y yo como portavoz de la oposición, nos llevó a tener algunos desencuentros. Sin embargo, los manejos irregulares de algunos compañeros suyos en aquel equipo de gobierno hizo que su conducta se volviera en contra de los mismos. Así, desde el mismo momento que tuvo conocimiento, rechazó y repudió las prácticas corruptas, no dándoles cobijo, y exigiendo la expulsión de los corruptos de las filas de su partido, el cual haría lo contrario. ¡Cuánto cambiaría la imagen de la política si todos los políticos y los partidos hicieran lo mismo que hizo Moisés!. En aquel estado, Moi se dirigió al resto de concejales que estábamos en la oposición para tomar medidas y reconducir la situación del Ayuntamiento. Desde el primer momento le dimos todo nuestro apoyo, que no recibió de su partido, y el 2 de febrero de 2002 tuvo lugar la moción de censura que lo llevaría a la alcaldía. Llegamos a un Ayuntamiento en una delicadísima situación económica y con multitud de asuntos graves que resolver. Durante los siguientes nueve meses, aprendimos de él a gestionar los intereses públicos de la localidad, cómo no se puede gastar lo que no se tiene, cómo en muchos casos se tiene que cubrir la falta de recursos con el esfuerzo personal propio, cómo los responsables políticos tenemos que estar para servir a nuestros vecinos y no para servirnos de nuestro cargo. El 12 de noviembre del 2002, y tras nueve meses de lucha por recuperar el nombre de su pueblo, moría Moisés; y quiso el destino que este día se hiciera firme la condena judicial por las prácticas corruptas de los anteriores responsables municipales, llenando de razón todo tu esfuerzo. Es por ello que creo de justicia reconocer los valores humanos, sociales y políticos de Moises Ruíz Tocón, y que este reconocimiento se sume al reconocimiento que todavía se le hace a su persona como gran impulsor del deporte almeriense. Sinceramente creo que el hueco que dejó Moi en nuestra sociedad no lo ha cubierto nadie, porque aparte de su profesionalidad, su esfuerzo, su implicación, su generosidad y su lealtad, eran características que lo hacían único. Yo no podré devolverle todo lo que supuso para nuestro pueblo su corta presencia, pero quiero brindarle el gesto de anunciar que dejaré la alcaldía, una vez alcance los diez años de mandato, tras la estela de mi amigo Moi.