Arzobispo de Varsovia y Primado de Polonia

Agencias

Josef Glemp - religioso

  • La Voz
El arzobispo emérito de Varsovia Jozef Glemp, quien lideró a la Iglesia Católica de Polonia en la transición del comunismo a la democracia, falleció el pasado miércoles, 23 de enero. a los 83 años de edad en un hospital de Varsovia. Glemp, hijo de un minero que participó en la insurrección polaca de 1918 y 1919, se vio obligado a trabajar en una granja alemana durante la ocupación nazi, y tras la Segunda Guerra Mundial comenzó sus estudios religiosos, con los que continuó en Roma hasta 1964. Allí estudió Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Lateranense, obteniendo su doctorado ‘en utroque iure’ en 1964, con una tesis sobre: ‘De evolutione conceptus fictionis iuris’ (‘Sobre la evolución del concepto de ficción jurídica’). Después de su practicum fue nombrado Abogado de la Rota Romana. Asistió a un curso de estilo en lengua Latina en la Universidad Pontificia Gregoriana y también terminó sus estudios en administración eclesial. A su regreso a Polonia se convirtió en uno de los más estrechos colaboradores del cardenal Stefan Wyszynski, una figura clave de la Guerra Fría, especialmente en las relaciones entre la Iglesia Católica y el régimen comunista. Al lado de Wyszynski, se convirtió en obispo de Warmia y arzobispo de Varsovia y, a su muerte, ocupó su lugar como primado de Polonia, por decisión del Papa Juan Pablo II, originario del país europeo, que después ratificó el Papa Benedicto XVI. Entre 1981 y 2004, fue presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia, 23 años en los que asumió el papel de Wyszynski, buscando el punto de equilibrio entre la Iglesia Católica y las autoridades políticas. Glemp dimitió en 2004, después de haber sufrido numerosos problemas de salud y de que le diagnosticaran un cáncer de pulmón El cardenal Glemp actuó como Presidente de la Conferencia Episcopal de Polonia durante 23 años, desde 1981 hasta marzo de 2004. Fue, además, presidente delegado de la primera Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos, en 1991.