Adiós a los naturales

Pepín Martín Vázquez - Torero

  • La Voz
Pepín Martín Vázquez era un excelente torero, dueño de uno de los mejores pases naturales de la historia. Nacido en Sevilla el 6 de agosto de 1927, tomó la alternativa en La Maestranza de Barcelona con tan solo 17 años recién cumplidos, el 3 de septiembre de 1944. Su padrino fue Pepe Luis Vázquez y el primer toro que mató se llamaba ‘Partidario’. Medio año más tarde, se la confirmó Pepe Bienvenida en Las Ventas, como mandan los cánones taurinos. Pronto comenzó a destacar en el escalafón de la postguerra. En los años 40 alternó un sinfín de tardes con Manolete (con quien aparece en la foto unos días antes de la cogida que acabó con su carrera) Luis Miguel, Gitanillo o los Bienvenida, sin desentonar para nada. A Almería acudió un par de veces, dejando muestra de su torería y ejecutando con maestría sus inimitables naturales. Pero en agosto de 1947 sufrió una gravísima cornada en la plaza de Valdepeñas que pudo acabar con su vida; se salvó de milagro pero nunca volvió a ser el mismo torero. Surge el mito Paradójicamente, tras el torero surgió el mito. En el año 1948 Cifesa rodó la película ‘Currito de la Cruz’, la entrañable historia de un niño adoptado por las monjas que quería ser torero. Llegó a conseguirlo pero sus amoríos con la hija del viejo torero y la intromisión de su gran rival en el ruedo, un guaperas sin escrúpulos que la conquistó para luego abandonarla en tierras sudamericanas, estuvo a punto de acabar con su carrera taurina. Pero las aguas volvieron a su cauce, la muchacha regresó a los brazos de Currito y él volvió a triunfar en los ruedos. Las escenas de la Semana Santa sevillana y de las corridas de toros en la Maestranza de los 40 resultan inolvidables. Pepín Martín Vázquez, aún sin recuperarse del todo de la grave cogida, fue elegido como protagonista de la película. En ella dejó pinceladas indelebles de su torería y se dice los naturales que instrumentó ante la cámara fueron proyectados durante muchos años en las escuelas de tauromaquia de toda España, cuando aún existían pocas grabaciones de toros. Aunque no se retiró, ya nunca volvió a ser el mismo y en 1952 se cortó la coleta definitivamente. Recientemente se ha solicitado para él la Medalla de Oro de las Bellas Artes, distinción que no podrá recibir en vida. Curro Romero ha escrito de él: “Era un nombre fuera de lo normal. Tenía tanta categoría personal como torera. No quería que lo reconociese nadie y vivía aparatado del mundo, con sus recuerdos. El mundo del toro ha sufrido una pérdida irreparable”. Currito de la Cruz, perdón, Pepín Martín Vázquez reapareció el pasado día 27 de febrero en la plaza de toros en el cielo.