Te he admirado, respetado y sobre todo querido, con todo mi corazón

Carmen María Montoya Morales

A mi padre José Montoya

  • La Voz
Que rápido pasa el tiempo, ya son tres largos años sin ti, son solo tres pero parece que te fuiste hace una eternidad, te recuerdo tanto papi que no se si esto será normal. Hablo contigo todos los días, te lo cuento todo, a veces me río y otras no puedo evitar mis lágrimas corriendo por las mejillas. Es duro, muy duro no tenerte aquí aunque siempre estás presente en mí cada día, hora, minuto y segundo. Has significado tanto para mí papi, desde que tengo uso de razón te he admirado, respetado y sobre todo querido. Querido con todo mi corazón, has sido siempre el centro de mi vida. Siempre te recordaré cuando te iban a poner el marcapasos y entramos mamá, mi hermano y yo a explicarte que te iban a hacer y las consecuencias que eso traía, nos mirabas a los tres con esos ojos tan grandes y en ese momento se veía tu miedo, el miedo a dejarnos, eso no podía ser, nos querías demasiado, querías demasiado vivir y eso no podías permitirlo. Veías nuestro temosa sí que nos prometiste que por nosotros salías de esta y a pesar de dos hemorragias que tuviste en la intervención saliste con dos pares, como eras tú, era muy pronto para dejarnos, tenías a mucha gente aquí a la que adorabas como para dejarnos. Son tanto los días que tengo reservados para ti en el año que los tengo en color rojo en mi calendario, cada día 14 nos acercamos al mar allí donde descansas, el mar que tanto te gustaba, donde primero en Almería y luego en Aguadulce, de dabas esos campuzones ¡como disfrutabas!, donde te ibas a pescar todos los domingos un ratito por afición, allí vamos papi, mis nietos mayores y yo, con nuestras florecillas cogidas de algún jardín, y te las lanzamos, son para ti, y mirando al infinito te cantamos esa canción nuestra para ti “MIRANDO AL MAR SOÑÉ… QUE ESTABAS JUNTO A MI” yo lloro y ellos me abrazan intentando consolarme, los miro y les sonrío, me siento orgullosa de ellos, se cuanto te recuerdan y cuanto te siguen queriendo, a pesas de sus cortas edades, pues tienen 10 y 7 años, pero papi pero es asombroso lo que mucho que se acuerdan de ti. Nos acordamos de tu cumpleaños en febrero, tu santo en marzo, en la Semana Santa por lo tanto que te gustaba y te emocionaba, por eso te escribí esto: Una nueva Semana Santa triste por si, pero más triste este año sin ti. Te gustaba recorrer las estaciones ir a las procesiones una saeta te emocionaba pero este año está apagada, desde el cielo este año tú la verás y en un sitio privilegiado estarás. Y ya todo el resto del año echando de menos tu felicitación en nuestros cumpleaños o en nuestros santos, eras el primero en darnos tu felicitación. Este año hemos tenido una reunión muy especial en agosto ya que eran las bodas de oro de la tita Antonia y el tío Pepe, ¡Cuánto nos acordamos de ti! ¡Cuánto hubieras disfrutado allí con todas las personas que querías y apreciabas! Pero sabes? Hubo palabras para tí y eso es una gran satisfacción. Después la navidad, este año con un miembro más, Gemilla, hija de tu nieta Gemma, Alejandra que cada día está más guapa, Carla tan traviesilla como siempre y Javi, el mayor de tus biznietos, al que tanto querías y sabías lo bueno que era, y no te equivocaste. Ellos son los que disfrutan de la navidad. Yo te recuerdo tanto en esas fiestas que para mí son muy tristes. Tantos años celebrándolo con vosotros, primero en Aguadulce y luego aquí en mi casa. Ironías de la vida, tus últimas navidades y no pudimos pasarlas juntos. Recuerdo que te llevé roscos de vino que tanto te gustaban y alguna otra cosilla. Papi, que pena tu ausencia, me haces falta todavía, eras mayor si, pero con una gran sabiduría que tanto te caracterizaba, nos adorabas a todos, te preocupabas por cada uno de nosotros con ese cariño tan inmenso que albergaba tu corazón. Si es verdad que las personas fallecen no se van del todo, que parte de ellas se quedan con sus seres queridos, te pido papi que no te despistes y que sigas siempre entre nosotros, que me ayudes a tomar decisiones adecuadas y sobre todo a ser solamente la mitad de buena persona que fuiste tú. TE QUIERO MUCHO PAPÁ Y ALGUNA VEZ NOS VOLVEREMOS A VER.