2098. 078. 62098. 078. 62098. 078. José Luis tiene marcadas a fuego en la memoria las cifras de sus desvelos. Una composición perfecta ganadora de los 9 millones de euros del sorteo del Cuponazo de la ONCE. 62098. 078. El número y la serie del décimo que regaló a la prima de su mujer, C. B. F., el 17 de febrero de 2012.
“Compré siete cupones del número 62.098, me quedé cinco y dos los regalé con el compromiso de que, si tocaba la serie, repartiríamos el premio”, recuerda el hostelero asturiano. “Pero no los firmé, fue mi error, confiar en las personas”.
José Luis regentaba un bar en Pescadería al que llamó por su mote cariñoso, El Majo. La experiencia de un negocio familiar y el pescado fresco del mercado eran la fórmula del éxito. Sin embargo, la suerte se adelantó a las ventas y un mes después de abrir, aquel reparto de cupones en una mesa del establecimiento acabó con una lluvia de millones. Apenas salpicó a El Majo.
La celebración Primero llegó la celebración. “Nos fuimos a una casa de Alboloduy, todo el mundo estaba muy feliz. En ese momento pensaba que me habían tocado cuatro millones y medio de euros. Creo que me bebí dos botellas de whisky”.
El Majo estaba eufórico, como su mujer y sus dos hijos. Un golpe de suerte les arreglaba la vida. Tenía cinco cupones premiados por un total de 175.000 euros y un décimo presuntamente compartido de 9 millones. “Estaba entre un Mercedes y un Porsche, al final me decanté por un Panamera, y en el concesionario me dejaron un vehículo de prueba durante una semana mientras me traían el que me gustaba”, rememora. “Aunque al final terminé comprándome un Lancia de segunda mano que me costó 8.000 euros”, matiza.
“Nos trasladamos al Rincón de la Victoria, en Málaga, a una casa de alquiler en la playa, y nos fuimos de vacaciones. Tengo 52 años, he estado toda la vida trabajando y por fin podíamos irnos de vacaciones. ¿Quién no lo haría?”, señala El Majo.
No fue el único gasto. Repartió dinero entre algunos vecinos necesitados y entregó un cupón premiado con 35.000 euros a un empleado del establecimiento con dificultades económicas. Además, tuvo un detalle con el lotero (luego el cambio de testimonio del lotero fue determinante para perder el dinero). “Venía mucha gente a pedirme dinero, aparecían por todos lados, así que nos tuvimos que ir de Almería”.
La decepción
Y entonces llegó la gran decepción. C. B. F., poseedora del Cuponazo, negó cualquier compromiso para compartir el premio y se inició entonces una guerra judicial, aún con batallas por librarse en los tribunales. “Intentamos que firmara ante un notario, pero desapareció y decidimos denunciar”. El asunto promovió dos procesos judiciales paralelos (civil y penal) y el dinero quedó bloqueado durante 13 meses, hasta que la titular del Juzgado de Instrucción número Tres de Almería liberó el pago y la ONCE realizó el ingreso en favor de C. B. F.
El 8 de abril de 2013, la magistrada Ana de Pedro, entonces titular del Juzgado de Primera Instancia número Siete de Almería, concedió mayor credibilidad a los argumentos de C. B. F. y desestimó la demanda de El Majo. La confirmación posterior en la Audiencia Provincial de Almería declaró a la mujer beneficiaria de pleno derecho de los 9 millones de euros.
La resolución colocó a El Majo en una posición límite a pesar de los 140.000 euros (35.000 euros los regaló) ganados en aquel sorteo de la ONCE. “Nos fuimos a Málaga y en esos cuatro meses, el bar perdió 30.000 euros”, lamenta el hostelero asturiano. “Vivimos bien dos o tres años, pero si no entra nada, al final, el dinero se va acabando”.
El Majo vendió el coche para sufragar las deudas con el propietario de la vivienda de Málaga y regresó a Almería. Hoy pelea con su mujer y sus dos hijos para salir adelante con escasos recursos. “Hemos estado a punto de perder la casa”, afirma. Un premio y una condena. “Ahora me arrepiento porque yo siempre quise trabajar en el bar”.
Reclama una casa y la manutención del hijo
El Juzgado de Primera Instancia número Cinco de Almería ha citado a las partes a comparecer el próximo martes en una audiencia previa por la última demanda interpuesta por El Majo contra la ganadora del Cuponazo, identificada con las iniciales C. B. F.
El hostelero asturiano pide a la prima de su mujer, a la que regaló un décimo premiado con 9 millones de euros, la compra de una casa y el pago de los gastos de manutención de su hijo de 9 años, hasta cumplir la mayoría de edad.
La denuncia se basa en los supuestos compromisos alcanzados por C. B. F. durante el proceso judicial que acabó dándole la razón a la mujer, empleada en el bar de Pescadería y prima de la esposa de El Majo.
Según el escrito, C. B. F. defendió en los tribunales que el premio era únicamente suyo y que nunca habló con el hostelero de repartir las ganancias en caso de tocar la serie. Sin embargo, siempre según la denuncia, la mujer manifestó su voluntad de ayudar a la familia de su prima comprándole una casa y costeando los estudios del niño hasta cumplir la mayoría de edad.
Los demandantes creen que las afirmaciones de C. B. F. son voluntarias y “fuente de obligaciones” y, por tanto, reclaman el pago. No en vano, la familia de El Majo sufre una situación precaria económicamente y el hostelero no ha vuelto a trabajar tras cerrar el negocio de Pescadería en 2012.
El Juzgado de Primera Instancia número Cinco de Almería reunirá a los representantes legales de ambas partes el martes, con el objetivo de alcanzar un acuerdo que cierre este capítulo de una larga batalla judicial que se prolonga ya durante cuatro años. En esta sesión previa también pueden proponerse pruebas de cara a un futuro juicio.
El tribunal deberá decidir en este nuevo proceso judicial si existen declaraciones de C. B. F. sobre la compra de una casa, si constituyen un compromiso firme con El Majo y su familia y, en caso de estimar los argumentos de la demanda, en qué condiciones se realizaría el pago de esa vivienda.
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