Almería se incorpora a la red solidaria para la acogida de refugiados sirios e iraquíes gracias a un proyecto desarrollado por la Fundación Cepaim. La entidad cuenta con el visto bueno del Ministerio del Interior para la asistencia a los exiliados en el plan de reasentamiento acordado en el seno de la UE y ya atiende a estos ciudadanos en lugares como Sevilla, Huelva, Zaragoza o Madrid.
Ahora, desde este mes de septiembre, Almería se une a los recursos disponibles en España con una capacidad para la asistencia a diez personas, según confirmó a LA VOZ DE ALMERÍA el responsable de Cepaim en la provincia, Juan Miralles.
Después de meses de protestas ciudadanas y declaraciones institucionales, es la primera vez que una proyecto almeriense participa directamente del plan trazado por el Gobierno para el reasentamiento de refugiados procedentes de campamentos en Grecia, Turquía y Líbano.
La Fundación Cepaim consiguió la aprobación del Ministerio del Interior entre los meses de julio y agosto (un proceso administrativo complejo) y estará preparada para la recepción en Almería a partir de la segunda semana de septiembre. Además, según precisa Juan Miralles, trabajan para ampliar de dos a tres las viviendas disponibles y así elevar la capacidad de alojamiento hasta las 16 personas.
Se trata de una apuesta que trasciende la solidaridad. Es un compromiso legal. “No podemos permitir que la gente tenga miedo a los refugiados”, alerta Miralles. “Hay que recordar que con la acogida de refugiados estamos cumpliendo con los derechos de las personas y con los compromisos internacionales suscritos por España”.
Los ciudadanos sirios e iraquíes asilados (también hay algunos casos de afganos, eritreos y centroafricanos, aunque en menor número) pasarán seis meses en las viviendas de acogida.
Se trata de una fase reglada, pactada con la Unión Europea y provista de requisitos muy concretos. Cepaim Almería aportará los medios necesarios para el “alojamiento, manutención, asistencia jurídica y psicológica, acompañamiento a centros escolares, sanitarios y sociales públicos, aprendizaje del idioma y habilidades sociales básicas, orientación e intermediación para la formación profesional y la reinserción laboral, actividades culturales y ayudas económicas”, según anuncia el Gobierno en su pliego.
Desde finales de 2015, dentro de esta fase de reasentamientos, han llegado a España casi 500 refugiados desde Grecia, Italia, Turquía y Líbano. Son, en muchos casos, familias completas huidas de la guerra en Siria e Irak.
Asilo en la frontera
Por otra parte, Cepaim ya acumula experiencia en la atención de desplazados de estos países. Desde principios de 2016 ha recibido en Almería a 32 refugiados (la mayoría sirios) que entraron en España por sus propios medios. Es una fase humanitaria anterior a los reasentamientos proporcionados por el Gobierno.
Se trata de ciudadanos que cruzaron el norte de África en condiciones muy precarias, que llegaron a la frontera de Melilla y que pidieron allí asilo político con sus pasaportes de origen. Trasladados a la Península, la Fundación Cepaim en Almería ofreció apoyo temporal, aunque muchos de los ciudadanos tomaron rumbo hacia Francia o Alemania en pocos días en busca de oportunidades laborales o la reagrupación con familiares. Según datos de ACNUR (agencia de la ONU para los refugiados), los cinco años de guerra en Siria dejan 11,5 millones de desplazados.
Cepaim denuncia las dificultades para conseguir viviendas de acogida para los refugiados sirios e iraquíes inmersos en el programa de reubicación del Ministerio del Interior, enmarcado en los compromisos con la Unión Europa para la atención de los exiliados.
“No alquilo el piso si es para los refugiados”
La entidad lleva semanas negociando con propietarios para alquilar inmuebles en Almería y poder cumplir así con las exigencias del programa de asistencia a los refugiados. Sin embargo, las conversaciones se han topado con un inesperado giro. “No alquilo el piso si es para los refugiados”.
Muchos de los propietarios consultados por una vivienda en alquiler quedaron satisfechos con las condiciones iniciales y, luego, se negaron a firmar los contratos al conocer que los inquilinos serían refugiados de Oriente Medio. “Llevamos años hablando de los refugiados, pero ahora pasamos de la solidaridad al miedo”, lamenta Juan Miralles. “¿Cómo podemos tener miedo a un niño que llega enfermo tras cruzar el desierto en un camión?”. El responsable de Cepaim en Almería critica la doble moral.
La entidad ultima estos días el acuerdo para el alquiler de tres inmuebles en la capital que permitirán acoger a una horquilla de 10 a 16 personas durante los próximos seis meses. La respuesta habitacional es imprescindible para que el Ministerio del Interior dé el visto bueno al envío de exiliados a Almería.
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