Los servicios provinciales de Consumo de la Junta de Andalucía están desarrollando una campaña de inspecciones sobre productos alimentarios que se encuentran a la venta en Andalucía. En total, está previsto realizar más de 1.400 actuaciones para controlar su etiquetado, presentación y publicidad, así como la existencia de alteraciones, adulteraciones o fraudes en los productos comercializados, con el objetivo final de incrementar la calidad de los productos que están a disposición de la ciudadanía en los comercios andaluces.
Las actuaciones, que ya han comenzado, se prolongarán hasta el próximo mes de diciembre y están dirigidas a examinar alimentos como productos lácteos, hielo y agua, cereales, huevos, bebidas con o sin alcohol, carnes y derivados, productos dietéticos, conservas, frutas, verduras, alimentos estimulantes y derivados, harinas, pescados, mariscos y café en cápsulas, entre otros.
El trabajo del personal de inspección consistirá en comprobar que los productos a la venta cumplen con los requisitos básicos y generales de información, controlando su correcto etiquetado. Se comprobará el cumplimiento de la normativa y otros aspectos como la trazabilidad, que permite identificar a la empresa suministradora del alimento, y la información que ofrecen los alimentos sin envasar y los envasados en el lugar de venta a petición del comprador (por ejemplo, una bandeja de filetes). Entre otros elementos, se comprobarán la denominación y las menciones específicas, si las tiene, la cantidad de un ingrediente o de una categoría de ingredientes y el grado de alcohol en bebidas.
Por otra parte, se tomarán 30 muestras de productos como aceitunas deshuesadas, potitos para alimentación infantil y especias (orégano y clavo), para su envío al Centro de Investigación y Control de la Calidad, dependiente de la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), donde se realizarán controles y análisis para comprobar que se cumplen los requisitos de calidad.
El 50% de los controles se realizará sobre productos andaluces, y el otro 50% sobre productos procedentes de fuera de la Comunidad Autónoma. Asimismo, se prestará especial atención a los productos comercializados por los establecimientos situados dentro de los mercados de abastos municipales, así como a los negocios que comercialicen productos internacionales, para controlar que la información se presente en la lengua española oficial del Estado.
Esta campaña se desarrolla en el marco del Plan de Inspección de Consumo 2017, que comprende un total de 26 campañas dirigidas a garantizar y reforzar la protección de los derechos de las personas consumidoras y asegurar que los productos y servicios que están a la venta cumplen los requisitos de seguridad y calidad que exige la normativa vigente. El desarrollo del Plan supondrá más de 8.000 controles y la toma de aproximadamente 300 muestras en los diferentes establecimientos que se inspeccionen.
En el ámbito de los productos alimentarios, además de esta campaña general, está previsto realizar a lo largo del año otras cinco campañas específicas para el control del etiquetado y la composición de diferentes tipos de alimentos, como paté y foie-gras, conservas de almejas y berberechos, alimentos envasados, productos lácteos sin lactosa o con bajo contenido en lactosa, y zumos naturales.
Balance 2016
En la última campaña de inspección realizada sobre este tipo de productos en 2016 se estudió el etiquetado de 1.271 productos en todo el territorio andaluz, detectándose irregularidades en aproximadamente el 14% (177 productos). Cabe destacar que el nivel de incumplimientos en relación con el etiquetado de productos alimentarios mantiene una tendencia descendente en los últimos cinco años, pasando del 24% en 2012 al 14% en 2016. Por otra parte, durante el pasado año se realizaron 80 tomas de muestras para su análisis, entre las que se detectaron 17 incumplimientos (7 casos se debieron a irregularidades en parámetros físico-químicos que afectaban a la calidad del producto, y 10 a etiquetado), lo que supone un 21% del total. Hasta la fecha, se han iniciado expedientes sancionadores por un importe cercano a 67.000 euros.
Respecto al etiquetado, el mayor porcentaje de irregularidades se ha apreciado en frutas, verduras, setas y hortalizas (45,3% sobre el total de productos analizados en ese grupo de alimentos); pescados, mariscos y derivados (30,3%); grasas comestibles (30%); preparados de carne y carne picada (23,5%); bebidas no alcohólicas (20,8%); sopas, potajes y salsas (20,3%); aguas y hielos (20%).
Recomendaciones
Desde la Dirección General de Consumo se recomienda a la ciudadanía informarse sobre los productos que se van a adquirir y leer detenidamente el etiquetado para asegurarse de que es correcto y de que identifica adecuadamente a su responsable. La información debe ser visible, legible, comprensible, e imborrable, además de figurar en español y en un lugar destacado.
También debe informar sobre las condiciones especiales de conservación y de utilización, si las hubiera, así como del número del lote, la fecha de elaboración, la de duración mínima o la fecha de caducidad, que deberán figurar en un sitio visible y claramente legible.
Del mismo modo, debe indicarse el lugar de origen o procedencia del producto, especialmente si viene de fuera del espacio comunitario. En el caso de los productos cárnicos, deben llevar la marca sanitaria.
Por otra parte, conviene comprobar la lista de ingredientes, en la que aparecerán presentados en orden decreciente según su peso. Aquellos productos alimenticios en los que figure la mención de que poseen propiedades nutritivas, están obligados a llevar un etiquetado sobre dichas propiedades.
Se deben consumir únicamente productos de procedencia conocida, y es importante verificar que los envases se encuentran en buen estado, descartando aquellos que estén abiertos o abollados. También es recomendable comprobar el precio por unidad de medida para saber cuál es el producto más rentable o económico.
Asimismo, se aconseja pedir siempre el ticket o la factura, documento imprescindible para efectuar cualquier reclamación, devolución o cambio del producto, y en el que deberá figurar el N.I.F. y/o la razón social de la empresa vendedora.
Además, se recuerda que si no hay acuerdo o no se está satisfecho con el producto, puede presentar una hoja oficial de quejas y reclamaciones de la Junta de Andalucía. Los establecimientos, como marca la ley, están obligados a disponer de este tipo de documentos, y deben informar de su existencia a través de un cartel claramente visible.
También es aconsejable adquirir los artículos en un comercio adherido al Sistema Arbitral de Consumo, ya que, de esta manera, se garantiza que cualquier posible discrepancia pueda quedar resuelta de forma rápida y gratuita.
Por último, ante cualquier duda o consulta sobre este tema se puede contactar con Consumo Responde, un servicio gratuito de información y asesoramiento a las personas consumidoras y usuarias, impulsado por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. Se trata de un servicio multicanal, al que se puede acceder de forma continuada a través del número de teléfono 900 21 50 80, de la página web www.consumoresponde.es, del correo electrónico [email protected] o de las redes sociales.
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