Hace tiempo que ha dejado atrás la coletilla de ser la hija del conocido empresario José Antonio Flores para ganarse su propia influencia en un sector, el de la automoción, hasta hace poco esquivo a las mujeres.
Imagino que hacerse cargo de la empresa familiar no le habrá venido de nuevas, ha crecido en ella.
Siempre he estado allí, todos los veranos desde que era pequeña. Cuando terminé la carrera estuve trabajando un tiempo en Mapfre, y luego me fui a la financiera de la marca, entonces hacían un training para hijos de concesionarios, y eso te daba una visión importante cuando te incorporabas al negocio familiar. Yo empecé en 2001, poquito a poco. Y, entonces, cuando a mi padre le eligieron presidente de la Cámara de Comercio me dijo: si cojo el reto es para dedicarme en cuerpo y alma, y por la presión que tiene nuestro negocio no me voy a poder dedicar a él todo el tiempo. ¿Estás dispuesta a asumir el reto? Dije: ‘para adelante’.
¿Cómo es este mundo de la automoción por dentro?
Apasionante, pero muy complejo. En lo que respecta a la mujer, porque históricamente ha sido un sector de hombres. Yo recuerdo mi primera reunión en Madrid, con 22 años, éramos dos mujeres. Hoy, de un volumen de negocio de más de 200 concesionarios, somos unas 40 ó 50, ya hay un peso específico. Pero nunca me he encontrado con una situación incómoda por ser mujer. Y, por otro lado, es apasionante porque engloba multitud de negocios dentro del mismo sector. Y multitud de profesionales con cualificaciones diferentes …
… O sea, que la dirección es algo así como de orquesta…
Claro, tienes que tocar todos los palos, tienes que saber con quién estás hablando en cada momento porque el personal también es muy diferente. Y muy cambiante porque las tecnologías y la innovación son la base de nuestro negocio. En los próximos cinco años esperan las marcas que se produzcan más cambios en la automoción que en los últimos cien.
¿Pues hacia dónde lleva la tecnología a este sector?
La sociedad está cambiando, hoy la gente lo que busca es movilidad, no la propiedad. Las grandes marcas se van a convertir en vez de en vendedoras de vehículos, en proveedoras de movilidad, en muchos formatos. Se harán operaciones de coger un coche para un plazo de tiempo, y, cuando acabe ese plazo, cambiarlo y coger otro que se se adapte a mis necesidades de ese momento. Hay que darle servicio a esos clientes que nos están demandando un cambio, y además son clientes que han nacido con tecnología, que posiblemente ya no busquen la venta a través de un concesionario, sino on line. Para eso nos estamos adaptando los concesionarios y las marcas, porque al final el nuestro es un producto tangible, y el cliente necesita tocarlo, probarlo, no se puede hacer tan sencillo como hacerlo on line.
Esto no es para Amazon, vamos.
Exactamente. Al final la población necesita probar un coche, y en eso es en lo que estamos trabajando, intentar adaptarnos a los cambios, pero siempre que seamos clave y parte fundamental en esos cambios, para que la sociedad no nos quite de en medio. Tenemos que adaptarnos con tecnología, con la conexión entre concesionario y el cliente, por ejemplo, cuando los clientes tienen un problema nos llega un correo electrónico a través del mismo coche, ya no hace falta ni teléfono, ni venir físicamente. Incluso el futuro a corto plazo es que el cliente se compre el vehículo y puede incorporarle cosas durante su periodo útil.
¿Irlo customizando?
Sí. Y de modo on line. Si un cliente necesita un navegador y no se lo había puesto, desde el mismo coche podrá hacer la solicitud y le podremos incorporar el navegador. Hay que permitir al cliente que según sus necesidades vaya adaptando su automóvil. Son muchísimos cambios los que nos vienen.
¿La contribución a no dañar el medio ambiente forma parte de ese futuro?
Sí, vienen grandes cambios a nivel de energías renovables, ya sabemos lo que está pasando en las grandes ciudades con los coches diésel.
¿Es una cuestión de responsabilidad social?
Totalmente.
¿Se lo creen los fabricantes y los clientes?
Los fabricantes lo tienen totalmente claro. Nosotros ya conocemos los modelos que van a salir al mercado en los próximos años, y todo viene por el tema eléctrico, en 2025 se espera que el 25% de los coches que se muevan en España sean eléctricos. Eso es una revolución. ¿Por qué el proceso todavía va lento? Porque no tenemos las infraestructuras, necesitaremos tener gasolineras donde el cliente, cuando haga un viaje, pueda cargar su coche para poder cruzar España.
La gente todavía piensa que eso está lejano.
Eso ya empieza a ser una realidad. Ya hemos lanzado modelos al mercado con autonomía de 300 y de 400 kilómetros. Lo que falta, ya digo, son las infraestructuras, que es lo que se está creando. Tiene que llegar porque ya las grandes capitales lo están demandando y dentro de dos o tres años nos encontraremos con que mucha gente irá a Madrid y se encontrará con que no puede entrar si su coche emite tantos gases o tiene tanto tiempo. Eso va a pasar y hay que anticiparse.
¿La energía solar en los coches tiene futuro?
A nivel de automoción está más lejos, sí está estudiándose la posibilidad de que esa energía solar nos permita la capacidad suficiente para recargar los vehículos. En comunidades de vecinos ya se están estableciendo las leyes oportunas para que cada usuario pueda poner su salida de enchufe. Se están creando las bases para que sea una realidad.
¿El sector de la automoción se está buscando su oportunidad en este mundo que nos viene?
Totalmente. Es una revolución y como tal, el modelo de negocio está cambiando. Con la crisis, el mercado ha pasado de vender 1.600.000 unidades a 650.000, es una bajada tan espectacular que el sector se tiene que regular con el cambio de hábito del cliente. Somos de los países europeos con mayor antigüedad de coches. Durante el periodo de bonanza económica conseguimos pasar de diez u once años de edad media del vehículo a ocho años. Con la crisis hemos vuelto atrás, no necesitamos un mercado mayor, sino que rote más, porque el mercado no va a volver a los niveles que teníamos ni dentro de 15 ó 20 años.
¿No se va a volver a los años de vacas gordas?
No, porque además era una irrealidad. Era un mercado que estaba englobado, con matriculaciones de coches que eran ficticias. El mercado español estará regulado con 1.200.000, 1.300.000 unidades al año. ¿Qué ocurre? Que para mejorar esas ventas tenemos que hacer que el cliente, en lugar de cambiar el coche cada diez años, lo cambie cada cinco.
¿A qué se refiere con matriculaciones ficticias?
Los concesionarios tenemos unas condiciones especiales para matricular coches, y pero son coches no para vendérselos a clientes finales, sino para cumplimentar objetivos. Esa matriculación no ha tenido un cliente por detrás. Ahora el mercado está cambiando y ya lo que se matricula son ventas reales. Y en eso se ve la mejoría en el sector del coche usado que también históricamente hemos sido los que peores ratios hemos tenido en venta.
Este sector ha sido siempre un indicador de la situación económica, ¿a día de hoy indica que la situación ha mejorado?
Sí, desde hace un par de años el sector está creciendo, este año estamos creciendo a casi el 7%. Eso es indicador clave de que la economía está tirando.
¿Hay gente que tiene en el coche un factor de ostentación?
Pues mira, eso se está perdiendo, la crisis ha generado un cambio importante en la mentalidad. Ahora la gente busca eficiencia, un coche que le dé más por tecnología y por seguridad en la conducción que por ostentación.
¿Eso de tener un coche una década y cuidarlo mucho para que dure se estila o no?
Si uno hace números de esos diez años paga un coche que es suyo, sí, pero es que dentro de diez años ese coche no vale nada.
La tendencia, como con las casas, cambia entonces es a menos comprar y más alquilar.
Pero la casa todavía tiene un valor que no se pierde. El vehículo, por desgracia para nuestro sector, es la inversión menos rentable, en diez años no vale nada, te haya costado lo que te haya costado. Si haces cuentas, un coche medio, en torno a 25.000 ó 30.000 euros, tiene un coste mensual sobre los 300 euros, por amortización, por tiempo del coche, por gastos, por seguro … al final conlleva una serie de gastos durante toda su vida útil y tienes un coche viejo. Por una cuota como esa o inferior siempre tienes un coche nuevo, y te olvidas de problemas. Yo pago por una movilidad y sé que siempre tengo coche nuevo, y tecnológicamente a la última.
¿Ese cambio de paradigma ya lo está incorporando su empresa?
Totalmente. Ya llevamos un año poniendo fórmulas de venta basadas en eso, en que el cliente pague cuota y se olvide de propiedad, y cuando pasen dos años, tres, cuatro, vuelve a cambiar. Además, la gente joven tampoco tiene la capacidad de ahorro que había antiguamente, con lo cual no tiene la capacidad de poner una cantidad inicial para comprarse un coche, pero sí la tiene de poder pagar una cuota.
Qué cambio con respecto al negocio que inició su padre.
Absoluto.
Estar en un momento tan cambiante, ¿qué exige para no perder el tren?
Exige actitud ante todo, pero principalmente tener un equipo profesional y totalmente entregado. Esa es la base. Hoy por hoy, cualquier negocio que quiera seguir creciendo en el futuro y adaptándose a los cambios, requiere tener un equipo humano profesional y adaptado a las nuevas circunstancias. Con un capital humano profesional, formado, y motivado, vas al fin del mundo.
En el mundo de la empresa, ¿quién no se incorpore a la filosofía de innovar y de formar en un panorama cambiante tiene futuro?
Esa empresa está muerta. Hoy en día lo que se está tratando es de hacer que el personal viva en un entorno agradable, conciliar vida laboral y familiar requiere tener capacidad de adaptación entre la empresa y la persona. El presencialismo se está perdiendo. No en todos los sectores, pero cada vez hay que hacerle al trabajador más cómoda su presencia en la empresa. Cualquier empresa que no esté a la vanguardia, y un paso por delante de lo que nos viene, muere, porque esto va muy rápido.
¿Cómo ve la provincia de Almería empresarial y económicamente?
Es una provincia que se ha caracterizado, tanto en los años buenos como en los malos, por ser muy proactiva. Es una de las provincias donde más autónomos hay, se crean muchísimas sociedades. Ahora que hemos salido, creo que se va a relanzar con muchísima más fuerza.
Pero hay factores limitantes.
Sí, las infraestructuras, el AVE, son la base del crecimiento. No puede ser que ir de Almería a Madrid en avión siga costando 500 y pico euros, no puede ser que la construcción del AVE se paralizara. Lo necesitamos, porque somos una provincia pionera en transporte de mercancías, necesitamos tener movilidad geográfica constante, y para eso necesitamos buenas comunicaciones aéreas y ferroviarias.
¿Hay que apostar por el Corredor Mediterráneo?
Es fundamental para el crecimiento de una región entera. No hay que olvidar que somos provincia clave en segunda residencia, y no crece más a nivel turístico por la escasez de infraestructuras.
¿Cree entonces que a Almería le queda recorrido en el campo turístico?
Sí, todavía es mucho mayor. Ten en cuenta que el desarrollo turístico que ha tenido por ejemplo Vera ha sido de hacer viviendas, pero no de generar más negocio. Cuando la gente viene, ¿qué le podemos ofrecer? Necesitamos muchas más playas con bandera azul, que los servicios sean mejores, e infraestructuras adecuadas.
Vera Import para toda la comarca del Leante ha sido un hito como negocio. ¿Hacia dónde quiere encaminarlo?
A mí me gustaría seguir creciendo, lógicamente, y copar más áreas de la provincia con nuestras marcas, y me gustaría ayudar a la sociedad en la implementación de las nuevas energías, de que seamos cada vez más verdes, de que nuestra responsabilidad social como empresa radique tanto en que cada vez seamos más sostenibles como en la formación y la cualificación del personal.
¿En qué sentido?
Necesitamos convenios con la Universidad para formar a gente, un sector profesional más preparado. Hay muchísima gente que sale de la Universidad y después no tienen capacidad de poder integrarse en la empresa porque no se están definiendo las líneas de lo que demanda la empresa con lo que ofrece la Universidad. Y a nivel de Formación Profesional necesitamos que la gente entienda que no es menos hacer FP.
¿Sigue estando mal mirada la FP?
No está tan bien vista y es tan necesaria como la universitaria. Hay que intentar cada vez más conseguir que la responsabilidad social de las empresas esté ahí. La mejor formación está en la empresa. Hay que hacer como en otros países europeos, que las empresas colaboren para intentar que esa gente se forme . En eso me gustaría seguir aportando en el futuro.
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