La Asociación almeriense de matronas (Aalma) no comparte, en términos globales, las críticas de otra asociación – ‘El parto es nuestro’- sobre la existencia de prácticas durante el embarazo y el parto que pueden calificarse como violencia obstétrica. “Ha habido muchos profesionales que se han sentido dolidos y no identificados en la descripción que se deduce de los profesionales sanitarios que nos dedicamos a la obstetricia. El trato habitual hacia las mujeres, niños y familias es cercano y respetuoso, creando un clima de confianza y de confort en todo el proceso de parto”, expone Sofía Ureña, presidenta de Aalma.
Ureña reconoce, sin embargo, que las praxis denunciadas por ‘El parto es nuestro’ existen pero niega que se trate de algo habitual. Más bien, señala, se trata de casos aislados. “Las matronas sabemos que existe violencia obstétrica, pero no es algo habitual. De un tiempo a esta parte hemos trabajado muy activamente para que las prácticas en el embarazo vayan mejorando y se ha cambiado mucho en los últimos siete años”, apunta.
Protocolos
En ese cambio ha tenido mucho que ver que se hayan impulsado protocolos de atención al parto normal y de baja intervención (que se aplican sobre todo en los hospitales de Poniente y Huércal Overa), implementando medidas que posibilitan que la mujer tenga la movilidad que quiera en el momento del parto. Para ello, al instrumental se han incorporado lianas, pelotas de Pilates o sillas para partos en vertical. “Queremos cambiar el paradigma de la medicina paternalista, pero sabemos que no es cosa de dos días. Podríamos decir que ahora estamos es una época de transición”, cuenta.
Según reconoce la asociación de matronas, al tiempo que se trata de empoderar a la mujer para que esta tome sus propias decisiones, siguen existiendo conductas “reprobatorias”. “Nosotras, por ejemplo, defendemos no separar a madre e hijo por protocolos internos del hospital, promocionar y apoyar la lactancia materna, crianza respetuosa, y un largo etc. Nos esforzamos día a día para consensuar también con el colectivo médico compuesto por ginecólogos, pediatras y anestesistas y somos las primeras en defender la buena praxis en el parto”, asegura Sofía Ureña.
La Asociación almeriense de matronas señala que el número de episiotomías y de inducciones se ha reducido en los últimos años, especialmente en centros como el hospital de Poniente o Huércal-Overa.
En ambos hospitales, los resultados son aún mejores que la media nacional o la media autonómica en tasas de cesáreas, partos instrumentales o en el uso de analgesia epidural, según las cifras que maneja esta entidad.
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