Rafael Soriano compone con pulso firme el enorme puzle judicial sobre el crimen del pequeño Gabriel Cruz Ramírez. El magistrado cerró este jueves la cuarta ronda de declaraciones de testigos en la causa por asesinato y detención ilegal y cuenta con una nutrida carga probatoria contra Ana Julia Quezada.
Sin embargo, el instructor espera todavía algunas piezas centrales para la resolución del caso. La principal es el informe completo de la autopsia del niño de ocho años. El Instituto de Medicina Legal de Almería (IML) determinó la existencia de una “anoxia cerebral” (falta de oxígeno) como causa probable de la muerte de Gabriel Cruz, sin embargo, no ahondó en detalles.
Este informe se complementó luego con el resultado del análisis del Instituto de Toxicología de Sevilla, que marcó la data del fallecimiento entre “una y dos horas” después de comer en casa de su abuela en Las Hortichuelas el 27 de febrero (día de la desaparición). Ahora bien, el magistrado espera un documento forense más extenso que aborde, entre otras cuestiones, el origen de las contusiones halladas en el cuerpo del pequeño.
Los golpes no fueron reflejados por los forenses en sus conclusiones preliminares y, por tanto, no habrían motivado el fallecimiento. No obstante, su origen puede clarificar interrogantes sobre la violencia usada por Ana Julia Quezada en la finca de Rodalquilar o el trato ofrecido a los restos mortales.
“El procedimiento debería estar ya un poco más avanzado, apuntando a juicio (...) No hay nadie más interesado en que termine cuánto antes porque, cuando acabe el juicio, podrían respirar un poquito más”, señaló Francisco Torres, letrado de la acusación particular.
Declaraciones
Por otra parte, el Juzgado de Instrucción número Cinco de Almería también espera los resultados definitivos de las pruebas sobre tóxicos y los informes de la Policía Judicial de la Guardia Civil para descartar la existencia de terceras personas en el crimen.
Este jueves, el magistrado Rafael Soriano tomó declaración a cuatro testigos. El instructor interrogó a la hija de Ana Julia Quezada. La joven, residente en Burgos, viajó hasta la provincia de Almería una semana después de la desaparición de Gabriel Cruz y permaneció durante tres días en la Comarca de Níjar ajena a la participación de Quezada en el suceso. Además, prestaron declaración tres familiares de Ángel Cruz, padre del menor, que participaron activamente en la búsqueda durante casi dos semanas.
Las declaraciones no aportaron grandes novedades respecto a la información conocida por las partes implicadas en el proceso, pero apuntalan los indicios de un presunto delito contra la integridad moral por parte de Ana Julia Quezada (por la ocultación del cuerpo y la participación en batidas y manifestaciones).
El cierre de la instrucción podría extenderse todavía meses, aunque las partes esperan un levantamiento del secreto de sumario a corto plazo. Además, Ana Julia Quezada tendrá que volver a comparecer en el Juzgado de Instrucción cuando el asunto se transforme en un proceso con jurado popular.
Acusación popular
La Asociación Andaluza de Estudios Penales se ha retirado del procedimiento por el crimen de Gabriel Cruz apenas una semana después de personarse como acusación popular. Según confirmó el TSJA, la entidad dio marcha atrás y no participará en la causa finalmente. En cambio, la Fundación Clara Campoamor continúa como acusación en contra del criterio de la familia del menor.
“No tiene ningún sentido que estén en esta causa habiendo una Fiscalía, que desde el minuto uno está auspiciando la investigación, y una acusación particular”, señaló Francisco Torres, abogado de Patricia Ramírez y Ángel Cruz.
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