“El australiano respeta mucho el medio ambiente”

Miriam Muñoz se dedica a la investigación desde hace 5 años en la ciudad australiana de Sidney

Miriam viene tres o cuatro veces al año a Almería. En la imagen, en  el paseo marítimo de Aguadulce.
Miriam viene tres o cuatro veces al año a Almería. En la imagen, en el paseo marítimo de Aguadulce. La Voz
Alberto Gutiérrez
07:00 • 12 ago. 2018

¿Qué te está ofreciendo Australia personal y profesionalmente?



Profesionalmente mucho. Se me abrieron las puertas cuando llegué. Acababa de hacer el doctorado y aquí en España la perspectiva era pedir becas con poca financiación y con poco apoyo a los investigadores jóvenes. A mi marido le surgió un contrato de dos años allí y yo me fui a la aventura, sin trabajo. Y en un mes solamente ya me habían contratado. A nivel personal no sé si tanto. Hemos hecho muchos amigos, pero no con la profundidad de los amigos españoles. También es verdad que cuando vas en pareja en lugar de solo la experiencia es diferente. Tenemos más amigos europeos.



¿En qué consiste tu trabajo?



Hago restauración ecológica relacionada con el sector minero. En esta industria las empresas están obligadas a rehabilitar lo que han degradado. Son zonas muy áridas, con déficit de suelo fértil una vez acabada la minería. Hay que revegetar con plantas nativas. Yo investigo cómo entender el sistema suelo/planta utilizando plantas más resistentes a la sequía y empleamos microorganismos que ayudan a la planta y al suelo. Estamos trabajando en colaboración con la Universidad de Almería. Por eso vengo tanto. 



¿En qué sentido?



Investigamos con bacterias de aquí y de Australia, porque los ecosistemas son muy similares. Aprendemos unos de otros.



¿La forma de trabajar es muy diferente en Australia?



Yo estoy viajando mucho, yendo a congresos en diferentes países, algo que no podría haber hecho seguramente en otro lugar. Mi trabajo es mi hobby. Voy a menudo al campo, en un 4x4... Disfruto mucho. Sí que me gustaría volver, pero no a cualquier precio. Cuando nos fuimos nos planteamos: ¿qué nos ofrece Europa? Por eso se hace muy difícil volver. Pero quiero se optimista y pensar que habrá oportunidades y que se invertirá en investigación. Los países más ricos son los que más invierten en ello.


¿Es muy diferente la mentalidad del australiano?

Tienen algo parecido: son muy relajados con la hora (sonríe). Son más informales que los británicos, pero son estrictos profesionalmente.  Otra cosa que me sorprendió al principio es que estaba en una reunión y empezaron a descalzarse. Ves a mucha gente descalza en el supermercado, por ejemplo. Esto es muy habitual en el oeste del país.


Me decía hace unos días Inés Benavente, que también está en Sidney, que son sanos mental y físicamente.

Sí. El australiano típico se despierta a las cinco de la mañana y se va a hacer surf o a correr. Admiro su respeto por el medio ambiente. Muchos tienen pequeños huertos en casa. Ahora tienen un problema con una plaga de caballos en el país. Por eso los controles de produtos orgánicos en las aduanas son muy fuertes. 


¿Es verdad que el país está por hacer?

En algunos aspectos sí. Ahora estamos llegando los extranjeros, profesionales de todo el mundo, en especial europeos y muchísimos españoles. Hay veces que voy por la calle y solo oigo español. En la guardería de mi hijo muchas profesoras son españolas.


¿Has renunciado a muchas cosas?

Creo que no. Si he renunciado ha sido a pequeñas cosas y siempre a cambio de algo mejor. No me arrepiento de nada. Pero es verdad que de momomento he renunciado a vivir en mi país, cerca de los míos. 


Tienes alma de...

Viajera, aventurera. No he dejado que nada me eche para atrás. He ido afrontando todos los miedos. 


¿El mejor recuerdo de tu vida?

Muchos de la infancia, en el campo, con mi familia. Y el nacimiento de mi hijo, en Australia. Allí los amaneceres y atardeceres son muy rojos y no se me olvidará la luz de ese día. Además, vinieron mis padres.



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