Quinita ha enseñado a bailar el Vito o la Reja a niñas cuyas hijas y nietas han pasado luego por sus clases en el Conservatorio. Pero también es una activa defensora de los animales y una ciudadana comprometida, que a día de hoy se declara enfadada con los políticos.
¿Por qué está enfadada con los políticos?
Porque todos mienten y todos se sitúan bien. ¿Y quien paga? Pues nosotros. Algunos tienen dos puestos, y cobran sus viajes y sus dietas. Y mientras tanto, ¿qué? Llevamos meses sin gobierno, y todos están cobrando. Yo los dejaría sin cobrar hasta que se formara gobierno. Cuando yo llevaba la dirección del Conservatorio, cada delegado de Educación, y he conocido a cuatro, me ha enseñado los planos para hacer un conservatorio. Llega otro y enseña otros planos, eso es dinero tirado y tiempo. Veinte años enseñando planos y todavía el conservatorio no se ha hecho. ¿Son engaños o no son engaños?
¿Tiene esperanza de verlo?
Yo he perdido la esperanza, pero hay una realidad muy buena, que cuando nosotros empezábamos dábamos clase en casas particulares. Y fíjate lo que es una habitación de una vivienda, las niñas chocaban unas con otras, de eso a hacer el Conservatorio de Música y Danza hay una gran ventaja, pero se ha quedado pequeño. Además no me hicieron caso, porque yo de esas cosas entiendo.
¿En qué?
Por ejemplo, los sótanos los tenemos desocupados, están los archivos, y el flamenco tiene que ir a un sótano, si lo tenemos en una tercera planta estamos molestando. El aula es mucho mejor que estar en un piso pero han puesto unas columnas en medio y molestan cuando las niñas hacen los giros. Hay muchos inconvenientes aunque estamos mejor de lo que empezamos. Cuando empezamos nosotros llevábamos la administración, las matrículas, los certificados. En una ocasión salió en La Voz de Almería nosotros barriendo el aula. Hemos mejorado pero lo que no pueden hacer es decirnos que vamos a tener un conservatorio y que han pasado ya más de 20 años.
¿Está muy desengañada con eso?
Estoy desengañada con eso y con los políticos porque no me parece justo que entramos al despacho, salimos contentas y luego todo lo que se habla no se hace. Un dirigente tiene que procurar que estén bien tanto la ciudad como los ciudadanos.
¿El nivel de la danza en Almería sería mejor si se tuviera esa instalación?
Mejor para los alumnos porque trabajarían mejor. Ahora falta espacio. Hay una cosa que nos viene muy mal y es que tenemos un aula en el instituto Alborán y otro aula en el Azcona. Así no podemos dar una clase. Pero no me hacen caso porque yo cuando llevo problemas voy con soluciones.
¿Qué soluciones ha aportado?
Pues mira, una muy fácil. Tenemos el conservatorio por la mañana desocupado, un concierto entre un instituto y el Conservatorio, entonces van al conservatorio por la mañana, y luego van a ese instituto concertado por la tarde. Nosotros tenemos aulas en el Alborán, sería cruzar la calle.
¿Aquí se prepara bien en danza?
Aquí se prepara muy bien, a la mayoría de las alumnas las meten en otros conservatorios y tienen mucho éxito. Me tengo que poner flores.
¿Cómo le surgió este interés por el baile y la danza?
Como nací en la posguerra, empecé a trabajar con 12 años, en una papelería y librería que estaba en el Paseo al lado del Tívoli, por eso me gustaba mucho la lectura, y luego me fui a trabajar a una consulta de un odontólogo. En Almería no había nada en qué divertirse, lo único eran los grupos de coros y danzas. Y empecé por la noche al terminar el trabajo, era la distracción que teníamos.
O sea que le nació de una manera autodidacta.
Claro porque hay que tener en cuenta que nosotros no somos de litronas, eso es ahora. Nos distraíamos bailando y cantando. Luego me hice profesora de los coros y danzas, pero todavía sin la carrera. Guardo hasta las nóminas de entonces. Llegaron a pagarme hasta 4.000 pesetas. Y ahí me di cuenta de que yo quería más. Siempre debemos tener aspiraciones y creatividad, eso es importante en los alumnos.
¿Hay que fomentar el deseo de superarse?
Sí, el gusanillo de que siempre deben de ir un poquito más allá de lo que hacen, y aprovechar todas las oportunidades que se le presenten. Si desde pequeños empiezan a aprovechar las oportunidades y el tiempo luego sabrán a dónde quieren ir. Desde que doy clases a los alumnos les hago que sean creativos, les pongo alguna música y les digo a ver qué haríais aquí. Ahí te das cuenta del que tiene más facultades que otros.
¿La creatividad se puede cultivar?
De pequeña mi madre no decía qué creativa es mi niña, ella decía mi niña es inventora, creativa es una palabra que ha salido ahora. Su niña se inventaba cosas, trajes de papel, bailes, mi madre llamaba a las vecinas, cantaba, bailaba, e inventaba. No me quiero poner flores pero tenía esa creatividad y eso es muy bueno para montar coreografías.
¿Y qué lugar tienen la constancia y el trabajo?
Es que yo le digo a todas las alumnas que la vagancia no existe, el cansancio no existe, si tienes que hacerlo, lo haces. Y a la alumna que baila o hace música se le desarrolla mucho más el cerebro, y después estudia mucho mejor porque la coordinación que tenemos hace que la memoria se reactive mucho mejor que a una persona sedentaria. Una persona sedentaria y que no tiene coordinación se pone a estudiar y tarda un poquito más.
¿Está la música bien tratada dentro de los curriculums oficiales?
La danza somos la cenicienta de todo. Su niña es bailarina [enfatiza]…. se ve como raro. Hoy un profesor de danza equivale a un profesor de matemáticas, un profesor de ciencias. Yo hice el Bachiller en el Celia Viñas. Recuerdo que me decía un profesor yo estoy dando Física y tú Joaquina estás bailando todo el día y te pagan lo mismo. Pues sí. A quien le gusta, porque a quien no le gusta está deseando que lleguen las vacaciones. Yo es que nunca he notado que estoy trabajando. Hay un refrán que dice el trabajo a la larga es un entretenimiento para el hombre. Y es verdad porque ahora estoy jubilada pero voy por el conservatorio, me gusta.
¿Ha hecho el cálculo de cuántas alumnas han pasado por sus manos?
Almería entera. Yo he dado a personas que ahora son abuelas y después han llevado a sus hijas, y ahora las nietas. Anoche estuve con una de ellas. La mayoría de la gente en Almería han pasado por mi mano y de las escuelas que hay abiertas ahora la mayoría han pasado por el conservatorio y les metí el gusanillo. No te puedo decir cuánta, muchísima.
¿La afición a la danza en Almería la creó usted?
Es que no había nada, si llega a haber un conservatorio en aquellos tiempos la mayoría de la gente que está en los coros y danzas serían profesores hoy. Yo tengo contacto con ellos y hay que ver cómo les gusta, que siguen bailando el Vito y la Reja después de 70 años, pero no han tenido la oportunidad. Yo me tuve que ir fuera porque vi que tenía cualidades, y quería hacer la carrera. Fui a Málaga, durante la semana trabajaba en la consulta y el fin de semana me iba a Torremolinos a una academia a aprender y a preparar los exámenes para septiembre y el primer año aprobé tres.
¿Qué edad tenia?
Los treinta y pico.
Era un sacrificio.
Pues sí, y además trabajando. Y luego las oposiciones, que son duras. Las hice en Córdoba. Había una parte que era la memoria, después los temas, recuerdo que me tocó la espalda y la respiración y el desarrollo locomotor desde la infancia. Fíjate qué disparate. Después tenía que dar una clase a alumnas que acaban de entrar, a otras a mitad de la carrera y a otras con la titulación. Y después de eso una actuación con piezas de danza clásica Española. Yo bailé Córdoba de Albéniz, otra de folklore, a mi la jota me va muy bien, y después flamenco, que me llevé al guitarrista y al pianista. Y contraté allí en Córdoba a los palmeros, ¿sabes lo que me costaron? 60.000 pesetas. Un dineral. Por eso a las alumnas les digo, ¿vosotras sabéis lo que tenéis?
¿Es mejor la danza clásica que el flamenco o la danza española?
No, mira es que eso la gente no lo sabe tanto danza española, el clásico español de la escuela bolera, hasta los bailes regionales, la base está en el clásico. Una persona que tiene una base de clásico buena, baila mejor.
¿Qué cualidades debe reunir alguien para dedicarse a esto?
Las piernas delgadas. Que salte bien, que sea una persona estilizada. Hay algunas que no son estilizadas y luego se van corrigiendo y algunas alumnas que nos creíamos que no luego han dado mucho de sí. Deberíamos tener un aula que sea preconservatorio. Estarían un año y ya veríamos qué condiciones tienen.
¿Por qué hay pocos hombres en la danza, por prejuicios sociales?
Este año tenemos uno muy bueno, que puede llegar donde quiera, pero se va a Madrid para hacer Medicina y no va a poder hacer las dos cosas. Pero no hay muchos. Es que siempre ha sido así. Los hombres escasean mucho.
¿La fama cuesta?
Además de que cuesta, cuando tenemos que preparar un festival las profesoras echan horas extras sin que nadie se las pague y sin que nadie se lo agradezca. Eso es duro. El festival es una alegría, pero vamos a la casa y te da una sensación de vacío. Los profesores también necesitamos estímulos, eso lo dije en la prensa en una ocasión. Estamos educando a los alumnos, la madre es la madre pero la madre artística somos nosotras. Y después la alumna termina trabajando en algo y la predisposición que tienen para ir a buscar un trabajo es mayor.
¿Por el nivel de disciplina que exige esto?
Disciplina y porque además les quitamos el miedo a enfrentarse a algún sitio donde tú vas a buscar trabajo. Esas cosas también hay que valorarlas.
¿Cómo fue su experiencia con la Asociación Alondra de Dupont?
Pues mira, se han conseguido cosas. Fue la primera asociación en Almería. Conseguimos que hubiera una protectora de animales y plantas. Entonces estaba Mari Carmen Sánchez Paniagua, Lola Sánchez Herrera, Juan Pedro de Cóndor y yo de presidenta. No había perrera municipal. Yo recuerdo que detrás del Ayuntamiento había una balsa donde ahogaban los perros. Era un disparate. Ahora por lo menos si hay animales abandonados, sabemos dónde pueden ir.
¿Cómo ha visto evolucionar Almería?
Muy sucia. No te puedes imaginar como está la Rambla, yo lo digo para que el alcalde me oiga.
¿Qué tiene esta ciudad que la limpieza siempre ha sido la asignatura pendiente?
Que se necesita más gente que limpie como hacen en otras ciudades.
¿Es por falta de limpieza o porque los ciudadanos no cuidamos la ciudad?
Los ciudadanos no estamos concienciados porque yo veo a la gente que tira las cosas. Paso por el paseo marítimo y allí en la primera placilla están los envases de los yogur, las botellas. Pero si no hay gente concienciada el Ayuntamiento tienen que tener personas que lo hagan. Hay una calle por el casco antiguo estrechilla que si pasas por allí te llenas de pulgas. Yo quiero que se paseen los políticos por esas calles y que vean cómo están.
De los políticos, ¿algunos en concreto?
No, porque cuando entran unos hacen lo que han hecho los otros. Tanto unos como otros cumplir no han cumplido. En el caso del conservatorio y de muchas cosas. Si han entrado unos se han situado y si han entrado otros se han situado. Mientras tanto estamos los trabajadores aportando y cada vez más ganamos apenas para comer. Que se pongan ellos con 400 euros o con 600 euros a ver si pueden vivir.
¿Qué es lo más bonito que recuerda de su trayectoria?
Las alumnas que se han ido fuera y que han tenido éxito. Hay una que está en Mexico que es una estrella, otra que se ha recorrido el mundo entero en todos los ballets. Otra que está en Valladolid, que le llaman la andaluza clásica. Me llena de ilusión. Tengo una sobrina nieta ya en Madrid, y una sobrina en el Conservatorio.
¿Sigue bailando?
No. No. Ya tengo achaques (Risas).
¿Pero siente el impulso aún?
Sí, sí. Yo estoy ahora en condiciones de dirigir perfectamente y además tengo una cantidad de proyectos que haría.
Se le nota ilusión cuando habla de esto.
Es que te pones en la barra, te plantas, colocada, y haces esto (el gesto de mover los brazos), y abres, y eso nada más te llena. Fíjate qué tontería. Yo tengo alumnas mías que son abuelas que dicen si dieras ahora clases, avísame porque me voy otra vez.
¿Y se lo plantea?
Pues sí, hay una cosa que yo haría y también lo he propuesto. Yo voy a la Universidad de Mayores, me gusta, pero haría un conservatorio para mayores. ¿Por qué no un conservatorio para mayores? Tenemos aulas desocupadas, ¿no sería bueno en Almería?
Cuánta gente no se habrá quedado con ganas de aprender.
Y hay otra cosa que se podría hacer, un ballet del Conservatorio donde entre el clásico español, danza flamenca y danza contemporánea. Pero para eso las profesoras no pueden sacar horas.
A ver si alguien recoge la idea.
Yo siempre comparto todas las ideas que tengo. Nuestra misión, pon esto como título, es que hemos venido a este mundo para dejar la sociedad mejor que nos la hemos encontrado. Todos tenemos que trabajar en la sociedad para dejarla mejor. Eso es lo que hago yo.
¿Esa filosofía es el motor que le ha movido?
Sí, he sido voluntaria en muchísimas cosas. Empecé en las hermandades del trabajo y allí colaboraba en el comedor. Luego se hizo una cosa muy buena que era la Operación Papel, que la gente llevaba a la Iglesia los periódicos, y nosotros con una camioneta íbamos recogiendo y con el dinero que se sacaba llevábamos a los niños a las colonias. Se llenaban camiones, era algo muy importante.
Ha hecho de todo.
Sí, sí, he colaborado mucho, pero es que hay que ser así. Te quedas más satisfecha y nunca te va a dar depresión. Yo tengo fama de quitar depresiones.
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