Los restaurantes chinos de Almería están empezando a notar los efectos de la alarma creada por el coronavirus en todo el mundo, por mucho que en España, como repiten una y otra vez las autoridades sanitarias y políticas, no existe de momento ningún riesgo.
Pese a ello, se han cancelado eventos de la envergadura del Mobile World Congress, que se había convocado para los próximos 24 al 27 de febrero en Barcelona, y desde hace semanas pueden verse por las calles personas que utilizan mascarillas en diferentes lugares del país.
En las grandes ciudades españolas, como Madrid, ya se habla de grandes pérdidas, de hasta el 50% en algunos casos, en los negocios de ciudadanos chinos y asiáticos, e incluso de que esta población en España empieza a percibir una discriminación motivada por el virus.
Aunque en Almería todavía no se ha llegado a estos extremos, y las opiniones recogidas por este diario son muy variadas, sí es cierto que algunos negocios ya aseguran que han percibido una disminución de la clientela, que atribuyen directamente a la alarma por el coronavirus.
Este es el caso, por ejemplo, del restaurante Ciudad Imperial de El Zapillo, uno de los más antiguos y con mayor solera en la capital, regentado desde hace aproximadamente 30 años por Ding Long y su mujer, Guo Ying, más conocidos en el barrio y por sus clientes como Antonio y María.
“La clientela ha bajado desde hace dos semanas entre un 10 y un 20 por ciento”, asegura María, quien va más allá al afirmar que “hay gente que parece relacionarte con esa enfermedad solo porque seas chino”. Antonio, por su parte, destaca la falta de motivos para esta discriminación, en primer lugar por los controles que están realizando los propios ciudadanos chinos que pueden salir del país. Ambos resaltan que todos los productos con los que elaboran sus comidas, entre las que recomiendan su pollo almendrado o el arroz de la casa, son adquiridos en España. “Nosotros pasamos todos los controles sanitarios y no tenemos nada que ver con esta situación, no tenemos ninguna culpa”, se quejan.
Los propietarios de otro de los restaurantes chinos más antiguos de Almería, el Zhen De, en la Avenida del Mediterráneo, también se quejan de la pérdida de clientela, pero piensan que, además de la psicosis desatada por el coronavirus, la bajada del negocio en estas fechas ya era habitual en los últimos años, especialmente tras la crisis. “En enero y febrero siempre estamos mal, porque la gente prefiere comprar en los locales de comidas para llevar”, dice la dueña, que nos atiende con muchos recelos y prefiere no dar su nombre. Eso sí, asegura, como todos los consultados, que adquiere todos los productos en España. “Yo la compro en el Mercadona”, dice señalando a uno de estos supermercados que está muy cerca de su negocio.
En Madrid sí
Por su parte, Xiao Juan, el propietario del restaurante chino La Suerte de El Zapillo también asegura que en su caso la alarma del coronavirus aún no se ha notado demasiado y que el número de clientes es prácticamente igual que en semanas anteriores. Xiao, que cuenta también con un negocio en Madrid, reconoce que en la capital de España la cosa sí es muy diferente y sí han disminuido los clientes, y que incluso se está empezando a “tratar mal” a los ciudadanos procedentes de países asiáticos.
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