Almería podría tener pronto dos obispos si finalmente se llevan a cabo los actuales planes del Vaticano.
Justo cuando Adolfo González Montes tiene por delante poco más de un año de episcopado (en noviembre cumplirá 74 años y los obispos deben presentar su renuncia al cumplir 75), la Santa Sede se prepara para enviar ya a la Diócesis almeriense a su sucesor.
Los planes papales pasan, por ahora, por enviar a Almería a un obispo coadjutor, hecho que el propio González Montes habría empezado a comunicar el pasado mes de julio a su círculo más cercano.
Así, el Vaticano enviaría a Almería al sucesor de González Montes para llevar a cabo un año de transición tras el cual el coadjutor, cuyo nombre aún se desconoce, terminará siendo el obispo diocesano de Almería.
Investigación
Si bien el propio obispo de Almería ha comunicado la llegada de este coadjutor como una ‘ayuda’ en su labor diocesana, lo cierto es que este movimiento en la jerarquía de la Iglesia almeriense sería la ‘solución’ vaticana a un problema.
Tal y como ha podido confirmar LA VOZ con hasta cuatro fuentes distintas, el Vaticano envió, en los primeros meses de 2019, a un representante de la Santa Sede para investigar a Adolfo González Montes como obispo de la Diócesis de Almería.
Más de un año después (y es que las cosas de palacio van despacio), con escaso o nulo ruido, el papa Francisco enviaría a Almería a un obispo coadjutor que podría tener más funciones además de llevar a cabo esa transición natural a un nuevo episcopado.
No en vano, el principal tema que atrajo la atención de la Santa Sede sobre la gestión episcopal de González Montes (por medio de la Conferencia Episcopal Española en primer lugar) sería el estado de las cuentas de la Diócesis de Almería.
El balance económico de la Diócesis de Almería de 2018 (que es el último que se hizo público y que se dio a conocer el pasado mes de noviembre de 2019) presenta un estado de ingresos y gastos inmaculados: la Diócesis ingresó 7.065.939,50 euros y gastó la misma cifra, con total exactitud. Ni ahorró, ni perdió.
Sin embargo, la realidad de la Diócesis de Almería parece ser otra: obras en lugares como el Seminario o el ‘ala privada’ del Palacio Episcoal, así como inversiones fallidas (según apuntan desde Religión Confidencial) habrían esquilmado, supuestamente, las cuentas de la Iglesia de Almería hasta el punto de convertir a la Diócesis en una inmobiliaria de bajo coste: tal y como ha podido confirmar LA VOZ, son varios los inmuebles vendidos en los últimos tiempos por González Montes para mantener a flote la maltrecha economía episcopal.
Así, tres pisos de la calle Velázquez o el local en el que se sitúa la Librería Pastoral habrían cambiado recientemente de manos a un precio inferior al de mercado. Además, han sido puestos a la venta otros inmuebles, como uno situado en la plaza Granero. Así, el patrimonio inmueble de la Iglesia almeriense también se habría visto afectado por la gestión de González Montes.
Nombramientos
Más allá de las fuentes consultadas por LA VOZ que confirman los planes que, por el momento, prevé el Vaticano para la Diócesis de Almería, hay un signo relevante de que algo está cambiando y que, de hecho, es inminente (todo lo inminente que puede ser algo en una institución con más de 2.000 años de historia): el verano es cuando González Montes suele hacer dos rondas de nombramientos, con cambios parroquiales y diocesanos. Este año no ha habido nombramiento alguno. La situación económica y otros asuntos como la crisis de vocaciones habría llevado al Vaticano a tomar la determinación de enviar a un obispo coadjutor, que ayude a González Montes en su labor pastoral y allane el terreno para una sucesión que se producirá a finales de 2021. Queda por saber su nombre y la fecha de su llegada.
¿Obispo coadjutor? ¿Obispo auxiliar?
El Derecho Canónico recoge dos figuras distintas para prestar ayuda a los obispos diocesanos en su labor pastoral: el auxiliar y el coadjutor.
La diferencia entre uno y otro es fundamental en el caso que se presenta en la Diócesis de Almería: “Si parece más oportuno a la Santa Sede, puede ésta nombrar por propia iniciativa un Obispo coadjutor, dotado también de facultades especiales; el Obispo coadjutor tiene derecho de sucesión”. se puede leer en el artículo 3 del Código de Derecho Canonico.
Por lo demás, las funciones de ambos son las mismas: “El Obispo coadjutor y el Obispo auxiliar asisten al Obispo diocesano en todo el gobierno de la diócesis, y hacen sus veces cuando se encuentre ausente o impedido”.
Además, tanto el auxiliar como el coadjutor deben ser nombrados Vicario General, lo cual tendrá efectos directos en la estructura jerárquica actual de la Diócesis de Almería: salvo que se compatibilicen ols cargos, Miguel Romera Domene y Manuel Pozo podrían verse desplazadados como Vicario General y Pro-Vicario General, cargos que representan a día de hoy, respectivamente.
Y lo fundamental en el caso de Almería: “Al quedar vacante la sede episcopal, el coadjutor pasa inmediatamente a ser Obispo de la diócesis para la que fue nombrado”.
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