Confirmado. La tasa de incidencia de 1.294,5 casos por 100.000 habitantes en la capital almeriense desemboca, sin remedio, en el cierre de la hostelería y de toda actividad no esencial, principalmente el comercio, a partir del próximo miércoles.
Esto supone un nuevo castigo a dos sectores que llevan sufriendo desde el inicio de la pandemia un auténtico calvario del que no tienen nada claro cómo van a salir. Ambos sectores reclaman medidas compensatorias a las administraciones públicas para que esta situación no termine con el cierre definitivo de muchos de los locales que dan vida a las calles de la ciudad.
Ante esta situación desde la Asociación de Hosteleros de Almería (ASHAL) dicen entender que “la salud es lo primero y más importante” pero tienen claro que estos cierres tienen que llegar acompañados de ayudas porque “no se puede dejar caer un sector entero”. Para el presidente de Ashal, Diego García, la hostelería “ha estado en el ojo del huracán desde el primer momento” sintiéndose “señalados por parte del ejecutivo, cuando se ha demostrado que son establecimientos seguros”. “Nos pusimos a trabajar en un plan higiénico-sanitario desde el principio para que aducir a nuestros locales fuera lo más seguro posible, pero nos sentimos demonizados”, afirma rotundo.
Esta situación tiene al colectivo de hosteleros “psicológicamente muy tocado” y reclaman que, de una vez, haya “una decisión política que recoja un plan de reconversión del sector”. Pone sobre la mesa datos Diego García asegurando que “el consumo en hostelería ha caído en 2020 en torno a un 50%, y sin embargo, estamos manteniendo el 100% de los gastos con restricciones de aforo el 30% en el mejor de los casos, o situaciones como el ocio nocturno que ni siquiera han podido abrir las puertas desde marzo”. Afirma por ello de forma rotunda el presidente de los hosteleros almerienses: “Estamos muy solos desde administraciones, sobre todo desde el Gobierno central que está haciendo dejación de funciones”.
Cierre de tiendas
Por su parte el comercio tradicional mira como este cierre da ya por terminada de forma radical la temporada de rebajas. Unas rebajas atípicas, que ya estaban siendo mucho más flojas que otros años y más aún tras la determinación del cierre a las seis de la tarde, pero que ahora deja vía libre “a los grandes competidores, a las grandes firmas que venden por internet”, asegura Carmen Sánchez, gerente de la asociación ‘Almería Centro’.
Al igual que en el caso de la hostelería, los comerciantes entienden la situación actual porque “los casos se disparan” en la capital almeriense pero tienen claro que ante esta decisión necesitan “ayuda, que no se olviden que son muchas familias enteras que viven de este sector” y recuerda que, a pesar de que la mayoría de los comercios tradicionales se han ido actualizando y han comenzado su andadura ‘on line’, lo cierto es que “no se puede competir contra las grandes superficies”.
Reclaman además que se haga una revisión del lugar en el que se sitúa a este comercio tradicional en la toma de decisiones. “Nos han metido en un saco que no nos pertenece. Se debería realizar tres partes diferenciadas: el comercio minorista por un lado, los centros comerciales por otro y un tercero con la hostelería. Nosotros tenemos aglomeraciones y se cumplen los aforos y las medidas higiénico-sanitarias. Me pregunto por qué no cierran primero los centros comerciales”, explica Sánchez.
Sea como sea, lo cierto es que tras la reunión del Comité Provincial de Alerta de Salud Pública de la Junta de Andalucía esta tarde, la actividad no esencial se parará en la capital y tocará esperar para conocer la situación en la que se quedan estos sectores.
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