El índice de delitos cae un 14% arrastrado por las restricciones de movilidad

El índice de criminalidad bajó un 14 por ciento en la provincia de Almería durante el año 2020 arrastrado por el confinamiento y las restricciones de movilidad impuestos durante la pandemia de coronavirus.

Según datos publicados por el Ministerio del Interior, la capital (-18,4 por ciento), Roquetas de Mar (-14,1 por ciento), El Ejido (-11,2 por ciento) y Níjar (-7,8 por ciento) mejoran sus cifras en la comparación interanual y, más aún, anotan la mayor caída desde que se hacen públicos estos informes.

La obligación de permanecer en los domicilios durante tres meses y la larga lista de limitaciones en los movimientos de los ciudadanos ha tenido un efecto determinante en los resultados.

Las calles han estado vacías y las fuerzas de seguridad han multiplicado sus vigilancias. En este contexto, la posibilidad de toparse con un control de carretera ha sido alta y ha retraído ciertas actividades delictivas. Además, bares, tiendas y otros establecimientos han permanecido total o parcialmente cerrados reduciendo también el peligro de robos.

Así lo evidencia la estadística del ministerio del interior, que asegura una reducción del 26,5 por ciento en los delitos contra el patrimonio en establecimientos comerciales durante el pasado año en la provincia de Almería.

Negativo

También ha habido menos allanamientos a viviendas, hurtos, robos de vehículos y homicidios consumados.

Del lado negativo siguen estando los delitos relacionados con el tráfico de drogas y los delitos sexuales, dos grandes caballos de batalla para las fuerzas de seguridad en Almería en los últimos años, como revelan informes de la Fiscalía General del Estado o del propio Ministerio del Interior.

Los delitos de narcotráfico crecieron un 20 por ciento el pasado año, gracias a la actividad imparable de los cultivos de marihuana y a la reaparición con fuerza del tráfico de hachís en la costa, que ha motivado importantes operaciones.

Por otra parte, las fuerzas de seguridad registraron 40 agresiones sexuales con penetración en la provincia el año pasado, lo que supone un aumento del 8 por ciento interanual. Uno de cada cuatro de estos episodios se produjeron en la capital. Abusos y violaciones no desaparecieron con el cierre.