El alcalde, Ramón Fernández-Pacheco, ha felicitado a los almerienses que este último año 2020 han mejorado las cifras de separación y de reciclaje de envases, vidrio y de cartón y papel. Acompañado por la concejala delegada del Área de Sostenibilidad Ambiental, el primer edil ha visitado la Planta de Clasificación y Tratamiento de la capital “a la que cada día llegan una media de 300 toneladas de residuos que, en un porcentaje superior al 70%, tendrán una segunda vida en el marco de la economía circular por la que apuestan las grandes ciudades como Almería”.
Son 64 los profesionales que trabajan en la planta de residuos donde hacen “una labor encomiable para que todos los residuos urbanos que genera la ciudad acaben donde tienen que acabar”, ha recalcado el alcalde, que entiende que el trabajo que se realiza en esta planta ha de ser conocido y reconocido por los almerienses, de modo que sepan que “cuando ellos cumplen y depositan los residuos en el contenedor adecuado, hay después un servicio con unos profesionales y unos tratamientos específicos que garantizan que Almería sea una ciudad sostenible, que apuesta por una economía circular, que minimiza la contaminación y es capaz de dar una segunda vida a esos residuos”. Precisamente, ha recalcado Fernández-Pacheco, esa recuperación de los residuos “conforma una de las grandes apuestas de las ciudades modernas y es la de la ecología y la sostenibilidad ambiental”.
Más residuos y mejor clasificados
Los últimos datos registrados en la planta vienen a confirmar ese incremento de la separación de residuos en el contenedor correcto durante la pandemia. Así, durante 2020 se han recogido 73.396.560 kilos de residuos en los contenedores grises, un poco menos de los 76.234.290 de 2019 a consecuencia del cierre de la hostelería y la limitación del turismo. No obstante, los envases depositados en el contenedor amarillo han aumentado en 2020 hasta alcanzar las 2.487 toneladas, frente a los 2,173 toneladas de 2019.
Esta misma tendencia se ha observado en los residuos depositados en el contenedor azul para papel y cartón, que han sumado 2.551 toneladas este 2020, cien toneladas más que en 2019. El vidrio ha sufrido un ligero descenso, entienden los responsables de la planta, por el cierre de la hostelería. Aún así, se han recogido este último año, un total de 1.976.080 kilos de vidrio, frente a los 2.065.480 kilos del 2019.
La Planta de Clasificación y Tratamiento de Almería es pilar fundamental, ha recordado el alcalde, de la apuesta de la capital por la sostenibilidad ambiental. “Primer paso para lograr una economía circular que permite obtener nuevos productos de los residuos generados”. Y, sin bien la mayoría de los residuos recuperados son plástico para una nueva generación de producto, la planta almeriense también permite reciclar aluminio, chatarra, brik, acero, film y todo lo posible con la finalidad de mantener una economía circular que cuida el medio ambiente y aboga por el ahorro energético.
Los empleados de la planta clasifican y recuperan los restos de modo que aquellos que puedan tener una segunda vida son entregados a empresas que los convierten en nuevos productos. Fórmula que subyace en la apuesta almeriense por una economía circular que produce, consume, genera residuo, lo clasifica adecuadamente y lo reconvierte en nuevo producto. Esto es sinónimo de sostenibilidad y futuro, recalca el alcalde.
Un futuro que pasa por la inminente incorporación de nuevos contenedores para aceite primero y para residuos orgánicos después. Todo con el objetivo de que Almería pueda, “siempre de la mano de los ciudadanos, generar bioproductos en un futuro cercano”, señalan desde el área de Sostenibilidad.
¿Cómo es el proceso?
El proceso comienza con la identificación y pesado de los camiones en la zona de báscula, donde a través de un sistema informático queda registrada para la trazabilidad, la matrícula, la empresa, el residuo con código, la hora de entrada, peso bruto, la tara y peso neto. Una vez identificado el residuo, se descargara en el foso que corresponda para comenzar con el tratamiento. Con ayuda de un pulpo se deposita el residuo en la línea de tratamiento según corresponda (Línea gris o Línea amarilla) para proceder a un triaje primario donde los trabajadores se encargan de retirar impropios y recuperar cartón y chatarra. Tras este proceso el material pasa a una criba redonda con diámetro 0,9 cm donde se realiza la primera segregación de la planta (se elimina gran parte de la materia orgánica).
El residuo que posee un diámetro superior pasa al siguiente espacio donde una criba cuadrada con dimensiones 30x30 cm permite la separación de impropios (principalmente maderas y restos de gran tamaño). Tras el proceso llamado de tromelado, se pasa al abridor de bolsas y de aquí al separador balístico donde, por densidad, el residuo es dividido en planares rodantes. Un paso previo al tratamiento con un electroimán para la recuperación de acero. Desde aquí se segregan los siguientes subproductos: Pet, Pead, Brick, Plástico Mezcla y Plástico Film. Los electroimanes son los encargados de la recuperación del acero de envase y la corriente de Foucault permite la recuperación del aluminio. Una vez
finalizado el proceso de recuperación, el rechazo de la línea se embala y se lleva al depósito controlado donde es compactado y sellado.
El contenedor azul recibe el tratamiento de embalado y expedición al gestor autorizado, mientras que el contenedor verde (vidrio) es depositado en la planchada (explanada) de vidrio desde donde se carga y se expide al gestor autorizado.
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