El Ministerio de Agricultura se suma a los avisos sobre los riesgos del cáñamo

Almería cultiva casi un tercio del cáñamo industrial registrado en el país

Operación de la Guardia Civil en El Ejido
Operación de la Guardia Civil en El Ejido La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 14 abr. 2021

La respuesta ofrecida por las autoridades judiciales y policiales en la provincia de Almería contra la proliferación de cultivos de cáñamo industrial ha revolucionado el sector. Las operaciones de la Guardia Civil y la alerta emitida por la Junta de Andalucía y las propias asociaciones agrarias cala entre los productores. El enorme crecimiento de las explotaciones en los últimos meses ha sufrido un frenazo y algunos agricultores optan por cortar sus cosechas de cáñamo ante el riesgo real de verse involucrados en procesos por delitos contra la salud pública.




La último autoridad en sumarse a este aviso a navegantes es el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que ha emitido una nota informativa “ante el creciente interés detectado sobre esta actividad agraria”. El documento confirma esencialmente la interpretación de la Fiscalía Antidroga de Almería y advierte a los productores sobre los escasos usos legales de la planta de la marihuana.




“Se ha cultivado cáñamo, a lo largo de la historia, como fuente de fibra para uso textil o papel, para la obtención de productos para la alimentación, con fines medicinales o para usos cosméticos”, comienza. “Hay un interés creciente por este cultivo, por lo que es necesario hacer una serie de puntualizaciones sobre la normativa”.




“El cannabis, y el cultivo de la planta de cannabis, independientemente de su contenido en THC, se encuentra regulado por la Convención Única de 1961 sobre estupefacientes (…) El cannabis y su resina y los extractos y tinturas de cannabis, independientemente de sus contenidos en THC, tienen la consideración de estupefacientes, y su producción, fabricación, exportación, importación, distribución, comercio, uso y posesión debe limitarse a fines médicos y científicos”, precisa el Ministerio.




Al margen de los cultivos autorizados por la Agencia Española del Medicamento, muy restringidos, el Ministerio insiste en que solo pueden utilizarse las fibras del tallo o las semillas para otras plantaciones. Tocar los cogollos puede suponer un delito. “Las sumidades, también denominadas cogollos, son consideradas estupefacientes, incluso en el caso de cultivos con variedades de THC inscritas en el Catálogo Común (variedades con menos del 0,2 por ciento de TCH)”, expone. “No se pueden almacenar y es pertinente proceder a su destrucción”.




La nota informativa del Ministerio de Agricultura supone un espaldarazo a la lectura de la normativa realizada en la provincia de Almería de manera pionera, materializada en un encuentro entre fuerzas de seguridad del Estado, Fiscalía y Junta de Andalucía el pasado mes de enero, como adelantó LA VOZ.




No en vano, la provincia tiene un papel destacado en la proliferación de los cultivos de cáñamo industrial en España. Según datos del propio oficiales, “la superficie dedicada al cultivo del cáñamo se ha multiplicado por ocho desde 2016 y ha pasado de 61 a 510 hectáreas, de acuerdo con los datos de 2020 del Fondo Español de Garantía Agraria”. Solo la provincia de Almería tenía 159 hectáreas de este producto.



Estas cantidades han bajado notablemente en los últimos meses, no solo por el paso atrás de los productores almerienses. También se han realizado importantes operaciones policiales desde enero. La más importante data del mes de marzo, donde la Guardia Civil decomisó 64.800 plantas de cannabis en distintas fases de producción en cinco fincas invernadas en el término municipal de El Ejido.


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