La gran ausente fue María Morales, de 85 años, madre del almeriense de Pechina Juan Mañas a la que la familia protege ante tanto sufrimiento para que no sufra achaques de salud emocionales. Tampoco acudió Pepe, el hermano mayor de los Mañas por razones de enfermedad. Asistieron los otros tres hermanos, Mari Carmen, Antonio y Francisco Javier, el niño que en 1981 hizo la primera comunión sin saber que su hermano Juan estaba carbonizado en el mismo lugar del kilómetro 9 de la antigua carretera de Gérgal en el que ayer se celebró un homenaje póstumo, en el 40 aniversario.
Agradeció la presencia del centenar de personas Juan Francisco Mañas, hijo de Francisco Javier, estudiante de Medicina. Leyó un manifiesto de agradecimiento y reiteró que el Caso Almería se entienda como crimen terrorista, el olvido de la justicia. “Sin memoria un país no puede funcionar bien. 40 años después nos seguimos haciendo las mismas preguntas”. Lanzó varios interrogantes. “¿Qué pasó con la persona que alertó de que había visto a tres etarras y se dirigían hacia Almería? ¿Es normal que alguien así quede impune? ¿Por qué no se condenaron a todos los guardias civiles que participaron en el triple asesinato? ¿Porqué, Juan Mañas, Luis Cobo y Luis Montero no pueden ser considerados víctimas de terrorismo o es que sus asesinos no actuaron como verdaderos terroristas? ¿Es normal que a los guardias civiles que quedaron libres se les pagase por guardar silencio? ¿A quien se quería proteger? ¿O es que además del principal responsable Castillo Quero había alguien mas desde muy arriba y no se ha querido nunca que se conozca? Seguimos esperando aún que alguien tenga la dignidad y la valentía de contar toda la verdad, no creo que sea bueno guardarse tanto dentro, si nadie después de 40 años se ha atrevido a contar la verdad, es porque no muestra ni el mas mínimo arrepentimiento de lo que hizo”.
Comunicado El comunicado leído recordó los únicos reconocimientos celebrados hasta ahora: “En 2018, un acto institucional realizado por el parlamento de Cantabria gracias a la asociación Desmemoriados. El nombramiento de un parque con el nombre de Juan Mañas en su pueblo natal, Pechina. Reconocimiento como víctimas de tortura de Amnistía Internacional. Ahora hemos solicitado un reconocimiento como víctimas de terrorismo al parlamento de Andalucía, a través de la “Asociación Andaluza de Víctimas de la Transición”. Al comunicado se sumaron representantes de Verdad Justicia y Reparación (Granada), Asamblea Nación Andaluza, Asamblea Andaluza de Memoria Histórica y representantes de La Desbandá que recuerda la masacre de la carretera Málaga-Almería, entre otras organizaciones.
Como en aniversarios anteriores, los familiares de las víctimas todavía siguen a la espera de una palabra amable. “Nadie nos ha llamado”, dijo el menor de los Mañas como como pregonó en años anteriores Socorro Montero, hermana de Luis: “Para nada se ha hecho justicia; en tantos años no se ha hecho justicia”. Treinta y cinco años después, el caso Almería es historia. Salvo para los que la vivieron en sus carnes. Como explicaba Darío Fernández, fue una lucha judicial contra todo y todos. Sobreponiéndose a la nula investigación, a las amenazas de muerte, a tener que esconderse, a los teléfonos pinchados. Este periodista recuerda que el monolito levantado fue aprobado por unanimidad por la corporación municipal de Gérgal, presidida por José Montoya. “Esta cruz del monolito”, señaló en los primeros aniversarios María Morales, la madre de Juan Mañas, “no crean ustedes que la hemos costeado nosotros sino José Sánchez, dueño del bar de Benahadux donde trabajó mi hijo”. La realidad es que todavía desconocemos por qué murieron tres jóvenes que solo querían asistir a la primera comunión de Francisco Javier. Enigmas que se irán descifrando con el tiempo. Estamos seguros que habrá testigos que hablen, o les dejaran testimonios a sus hijos o nietos.
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