España deporta desde Almería a un disidente argelino entre un grupo de migrantes

España expulsó el pasado sábado a una treintena de argelinos procedentes de un centro de internamientos de extranjeros en Barcelona. Interior coordinó la repatriación de los migrantes con un buque fletado en el Puerto de Almería y destinado a la ciudad de Orán, según fuentes policiales consultadas por LA VOZ.

El caso supone la reactivación del retorno de inmigrantes irregulares tras meses de bloqueo por la incidencia de la pandemia de coronavirus, pero presenta además otro punto de excepcionalidad. Entre los expulsados aparece el nombre del activista Mohamed Abdellah.

El Gobierno de Argel considera al ex gendarme un peligro para la seguridad nacional y reclamó su captura y entrega a las autoridades argelinas. Abdellah se encontraba refugiado en España desde hace tres años tras haber denunciado la corrupción policial en Argelia, aunque al otro lado del Mediterráneo se le vincula a grupos islamistas opositores.

El disidente fue detenido a mediados de agosto cuando realizaba trámites en Vitoria y enviado a un CIE en Barcelona, según denuncia Sabah Yacoubi, presidenta de la delegación de ATIM en la Región de Murcia. Luego fue trasladado a Almería para viajar hasta Argelia, donde se han difundido imágenes de su llegada, escoltado por un grupo de agentes y esposado.

Mohamed Abdellah tiene  cientos de miles de seguidores en sus perfiles de redes sociales y su expulsión a Argelia ha motivado protestas en Londres o París. Familiares solicitaron también la intervención del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Como Sabah Yacoubi, otros activistas en España han denunciado que el joven reunía las condiciones para ser beneficiario de protección internacional y que su entrega supone un riesgo para su vida.

La expulsión de esta fin de semana desde Almería es la primera conocida desde el mes de diciembre y está estrechamente vinculada a la ebullición de la ruta del Mar de Alborán. Más de 5.000 ciudadanos argelinos han llegado este año a la Península en embarcaciones clandestinas. Argelia se ha convertido el principal país de salida (Canarias recibe más migrantes, pero la diversas de nacionalidades es muy elevada).

Crisis migratoria

En los tres últimos años han cambiado las constantes vitales de la ruta del Mar de Alborán. Las pateras de goma sobrecargadas con decenas de personas han cedido su espacio por pequeños botes de fibra armados con motores potentes. De este modo, las operaciones de salvamento se han tornado en maniobras de captura, protagonizadas casi en exclusiva por la Guardia Civil.

De hecho, una parte de las ‘pateras taxi’ consigue llegar a tierra y se pierde entre las calas de la provincia de Almería, lo que ha obligado a movilizar patrullas en tierra de manera sistemática para atender este nuevo fenómeno migratorio. También han subido los precios que las mafias cobran a los migrantes, como han señalado distintos informes de la Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas (Frontex). Los barcos son comprados en España y son capaces de ir y volver en varias ocasiones hasta ser apresados o quedar inutilizados por averías o naufragios.

Por otra parte, la incidencia de la pandemia ha tenido un papel fundamental. Diligencias de la Guardia Civil en las operaciones Sidecar o Sidegar, convertidas en referencia de la lucha contra las mafias de tráfico de personas en esta ruta, demuestran el pleno conocimiento de las organizaciones sobre la normativa de Extranjería en  España y el cierre de las fronteras durante la pandemia. Los criminales usan esta información como propaganda para atraer a jóvenes argelinos.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha realizado al menos tres viajes a Argelia desde su nombramiento con la crisis migratoria marcada en rojo en su agenda.