Una mujer de 25 años de edad ingresó el pasado sábado en la UCI del Hospital Torrecárdenas tras sufrir una violenta agresión por parte de su ex pareja en una rotonda cercana al Aeropuerto de Almería. El suceso motivó una cascada de reacciones de solidaridad con la víctima y, al mismo tiempo, una investigación paralela para determinar las responsabilidades en la fuga del agresor confeso, según confirmó el subdelegado del Gobierno en Almería, Manuel de la Fuente.
Documentos a los que ha tenido acceso LA VOZ DE ALMERÍA apuntan a una disputa sobre las competencias en el caso que acabó con B. L. marchándose del lugar del suceso por su propio pie, delante de las patrullas y acompañado por su padre en un vehículo. Más tarde se entregaría voluntariamente y sería acusado de una tentativa de homicidio.
El atestado firmado por tres agentes de la Guardia Civil pertenecientes al Destacamento Fiscal del Aeropuerto de Almería señala que el detenido estaba en manos de la Policía Local y que la Policía Nacional se desentendió del episodio. Como adelantó LA VOZ DE ALMERÍA, el ataque machista se produjo a las siete de la mañana del sábado. El agresor confeso impactó contra el coche de la víctima. Luego la sacó del vehículo y la golpeó en la calzada.
La primera patrulla en llegar fue de la Guardia Civil, unos diez minutos después del aviso, casi a la par que la Policía Local. Se pensaba entonces en un accidente de tráfico. Sin embargo, dos testigos oculares comunicaron que se trataba de un episodio de violencia de género. Ahí se generó la controversia.
Secuencia
El sospechoso B. L. estuvo engrilletado en el interior del vehículo patrulla de la Policía Local de Almería, mientras que la Guardia Civil trataba de dilucidar las competencias en la demarcación. Según el atestado aportado al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número Uno de Almería, la Policía Nacional llegó un poco más tarde y se ocupó de llevarse a los testigos. “No regresando al lugar la Policía Nacional”, hacen constar.
El problema creció cuando, según la versión del teniente de la Guardia Civil, se presentó en la Comisaría Provincial de la Policía Nacional de Almería y no fue atendido por el responsable de guardia. “Estaba desayunando”. Eran las nueve de la mañana y B. L. seguía bajo custodia policial. “El agente de la recepción avisa al subinspector de la presencia de la Guardia Civil. Transcurridos 25 minutos esperando, el agente abandona el lugar”, continúa el atestado.
Los guardias civiles entendieron, según su versión, que su trabajo había terminado. El agresor se marchó con total tranquilidad, acompañado de su propio padre, mientras la víctima luchaba por su vida en Torrecárdenas. “Por parte de la patrulla de Seguridad del Aeropuerto, al llevarse los dos testigos la Policía Nacional y al haber estado en custodia de la Policía Local el presunto agresor, entendemos que las actuaciones a realizar por nuestra parte habían finalizado”, concluye el atestado consultado por LA VOZ.
B. L. se entregó posteriormente en la Comisaría de la Policía Nacional y el lunes pasado ingresó en El Acebuche acusado de tentativa de homicidio tras confesar que había actuado bajo los efectos del alcohol. El presunta descoordinación entre cuerpos policiales ha generado malestar. El subdelegado Manuel de la Fuente ya mencionó que el asunto aparecía reflejado en las diligencias y aseguró que se indaga si hubo “algo inadecuado” en la actuación.
La joven se recupera satisfactoriamente en el Hospital Torrecárdenas después de haber superado un momento crítico en las primeras horas tras el ataque. El presunto maltratador está en prisión preventiva.
La Policía Nacional ha declinado hablar sobre el caso al tratarse de un asunto de violencia de género. La versión ofrecida por el teniente de la Guardia Civil es muy discutida tanto dentro de la Policía Nacional como de la Policía Local, cuerpos donde crece hoy el malestar.
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