Con motivo del Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, la directora de Enfermería del Hospital Universitario Torrecárdenas, Gádor Ramos (55), natal de Laujar, expone cómo la mujer enfermera sigue luchando por quitarse etiquetas que le vienen impuestas desde cientos de años atrás. Sin embargo, en sus palabras trasladan esperanza de cambio y empoderamiento femenino que, sin duda, son contagiosas.
La enfermería pasó de ser una actividad doméstica a una profesional, y la invisibilidad que arrastraba nunca desapareció, ¿se sigue identificando por ser poco valorada a pesar de la importancia social que tiene?
La enfermería se empieza a considerar como ciencia a partir de los años 80. Teníamos distintas categorías como la de ayudante técnico sanitario o practicante. Eran categorías muy técnicas, siempre ligadas a la profesión médica. Es cierto que la profesión médica tiene un cometido y nosotras tenemos otro. Unas veces son paralelos y otras veces se cruzan en el camino. En la enfermería nos dedicamos a cuidar, y la medicina se dedica a curar. Son conceptos muy potentes, mientras que el médico o la médica trata a la persona enferma, nosotras cuidamos tanto al enfermo como al no enfermo y basado en unos conocimientos científicos. Siempre digo que una ocupación se convierte en profesión cuando al practicarla utilizan unos conocimientos científicos para comprender y tratar los fenómenos dentro del campo en el que trabajan.
La realidad es que la historia muestra o pone de manifiesto que la mujer y la mujer enfermera ha sido una heroína desde hace años en el ámbito de la salud
Sin cuidados no hay nada que hacer, y es verdad que nosotras más que sobre la enfermedad, actuamos sobre el entorno y la respuesta de la persona a la enfermedad. Además de administrar tratamientos, y a eso me refería cuando te comentaba que nos cruzamos, nosotras hacemos intervenciones delegadas de la prescripción del médico. También es verdad que incidimos mucho en cómo la persona afronta su enfermedad, que ese es el cuidado. La enfermería ha estado siempre muy ligada a la mujer, de hecho a las primeras escuelas de enfermería solo podían acceder las mujeres y no los hombres. No sé que es, si es un estigma social o una etiqueta, pero es así. Sin embargo, poco a poco, se nos ha ido despegando esa etiqueta, porque a la mujer siempre se nos ha etiquetado, desde que nacemos hasta que nos morimos, como la cuidadora. Además, hay estudios sociológicos y antropológicos cuya una de las bases es la etiqueta de la mujer o enfermera cuidadora.
¿Está de acuerdo en que, así como nació la enfermería, se le sigue asignando a la mujer la responsabilidad del cuidado? El hombre, con formación, debería estar igual de capacitado
Desconozco si se ha impuesto como tal o las mujeres ya lo hemos asumido, yo a veces tengo esa dualidad. ¿Asumimos todo, nos lo impone la sociedad? Es una pregunta difícil de contestar. A día de hoy puedes ver estereotipos de familias, en las que todo es totalmente compartido, con la misma influencia social que podemos tener todas. Sí que es cierto que en la sociedad no llegamos a ver ese compromiso por parte de ambos sexos, y todavía sigue habiendo, por motivos educacionales, familias conservadoras que educan a los niños de una manera y a las niñas de otra. Aunque es cierto que poco a poco, y en el ámbito de la sanidad, las mujeres y los hombres hemos conseguido tener derecho a permisos de paternidad, que son lo mismos para ambos. Sin embargo, la mayoría los coge la mujer, y eso quiere decir que hay todavía unos valores y una cultura impregnada. Eso no se quita en tres días.
¿Sigue vigente que la enfermería un profesión de mujeres y la médica de hombres, o está cambiando?
Eso está cambiando, aunque el mundo sanitario es mayoritariamente femenino, tanto en la profesión médica como en enfermería. En enfermería siempre hemos sido mayoritariamente mujeres, pero cada vez entra más los hombres. Y la profesión médica, un porcentaje muy alto son mujeres. Solo con ver el número de porcentaje en residentes y matriculados son un 60-40, ganando las mujeres, me arriesgaría a decir.
¿Cómo afecta a la salud mental de las enfermeras estas disparidades en su profesión (dobles turnos, sobrecarga), sumado a la pandemia?
La pandemia del covid ha hecho mella. Es verdad que habrá que hacer estudios a posteriori. Siempre lo ejemplifico en que esto es como la heroína, mientras tú estás metido en el tema no te das cuenta, tienes que ver el daño que hace a largo plazo. Vivimos con el dolor y el sufrimiento de la gente, y eso mina. Y además dentro de un contexto en el que el trabajo te afecta, y fuera del trabajo también por las limitaciones y cómo ha afectado a la gente en general, a la familia... Esto va a suponer un gran cambio. Llevamos dos años entregados a unas limitaciones, y aunque volveremos a la normalidad, nos va a costar y los hospitales van a pagar un precio psicológico, tanto dentro como fuera. Pienso que en estos años, y que ya se están haciendo estudios cualitativos sobre esto, hay afectación y se prevé que va a haber. Hay pocos estudios, y habrá que ver cuando haya más cuáles son las consecuencias. Ha habido mucho sufrimiento, y esto genera trastornos psicológicos.
¿Se está luchando porque la mujer enfermera pueda conciliar su vida laboral con una familia?
Es un tema muy complejo lo de la conciliación familiar, y no solo en enfermeras, sino todas las mujeres que trabajan en otras categorías pero con los mismos turnos. De hecho, trabajar con la turnicidad tiene muchos problemas. Aquí no hay sábados, domingos o festivos. La administración pone a nuestra disposición ciertas herramientas como reducciones de jornadas, y poco más, porque es complicado trabajar con la salud 24 horas y conciliar. A parte de que nos cuesta, sobre todo al género femenino. porque nos etiquetamos muchas veces con toda la responsabilidad. Y eso repercute en que nuestro trabajo es una formación continua que necesitas tiempo, y si asumes todo el papel de la responsabilidad familiar, no puedes avanzar. Por suerte, cada vez hay más mujeres que ponen en la balanza su profesión y la familia, y se decantan en la medida de lo que es lógico, por promocionar dentro de su profesión. Aun así, seguimos teniendo las dos partes.
Hoy, las mujeres jóvenes hemos pospuesto tener hijos, una casa o unos viajes para poder avanzar laboralmente ante tanta precariedad
Muchas veces las mujeres nos cuestionamos que si tenemos un hijo, cómo voy a promocionar en mi profesión, si te ligas al niño. Pero también, culturalmente, nos han educado para cuidar, llevar el peso familiar... Y no necesariamente me refiero sólo a llevar a los hijos, sino también a asumir la responsabilidad de una enfermedad de los padres o hermanos... Entonces creo que hay un componente educacional que se va rompiendo, pero todavía cuesta.
¿Se trabaja la perspectiva de género en el ámbito de la salud?
Hay una línea general en la que todos tenemos unos derechos, tanto para hombres como para mujeres. Te puedes acoger o no, dentro de lo poco que pueda haber. Tenemos permisos paternales, reducción de jornadas hasta que los niños tienen 12 años... Y a eso te puedes acoger de forma voluntaria, tanto el padre como la madre. Es verdad que la mayor parte de permiso por cuidado de menores lo cogen las mujeres. Pero no hay un área como tal enfocada a la mujer de trabajadora, sobre todo porque nuestro colectivo es mayoritariamente femenino, quien más se beneficia es la mujer, pero también por decisión propia. Es verdad que la mujer coge la reducción de jornada más que los hombres. También es verdad que los padres están entrando en esa dinámica y lo vas viendo, aunque no tanto como me gustaría, pero todavía no podemos decir que está 50-50.
Poco a poco, en otras profesiones, las mujeres van ascendiendo, pero las posibilidades de alcanzar puestos directivos siempre se reducen. En su caso, ¿cómo ha sido el camino hasta llegar a la Dirección de Enfermería de Torrecárdenas?
Siempre digo que hay que ilusionarse y que no hay que dejarse influenciar por agentes externos si te dicen que tú como mujer no vas a llegar. Yo me he ilusionado con mi profesión y también he arriesgado mucho de mi familia, porque cuando quieres conseguir algo, lo das todo. A mí nadie me va a poner un límite por ser mujer, ni por la profesión que quisiera escoger. Yo aconsejo a toda la persona que se decline por una profesión que piense que lo va a conseguir, porque si tú no te lo propones, no te lo van a facilitar. Es cierto que la sociedad es muy compleja para llegar a un cargo directivo siendo mujer. Es difícil. Lo es porque la mujer muchas veces no nos formamos todo lo que nos tenemos que formar porque damos paso a nuestro cónyuge. Y otras veces porque está el estereotipo de que quien puede mandar es el hombre, y eso no es cierto. Hay mujeres que tienen las cualidades de jefas, y hombres que también. La etiqueta de que una mujer no puede ejercer un rol... Solo puedo decirles a todas las mujeres y jóvenes que se olviden, que una mujer formada puede acceder a donde quiera.
Con motivo del Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia, ¿cuán importante es la mujer para la investigación?
La mujer a la ciencia aporta o puede aportar igual que un hombre, pero si desde el papel de mujer educamos a las niñas en que no hay desigualdad de género, que puede hacerlo todo exactamente igual que un hombre, haremos doble aportación. Por un lado, la educación, y otra la aportación de hacer aquello que nos guste sin ninguna limitación, porque la ciencia es una casa con las puertas abiertas.
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