Desde que comenzó la pandemia algunas cirugías y tratamientos estéticos han subido como la espuma en Almería. Consecuencia de ello es la inconformidad que muestran los propios almerienses con alguna parte de su cuerpo. Agravado por el confinamiento, el excesivo uso de las plataformas sociales y la baja autoestima que reconocen algunos usuarios, la frecuencia con la que los almerienses han pasado por la cirugía plástica o la medicina estética ha disminuido. De la misma forma que ha terminado de asentarse y aceptarse en la sociedad.
“De forma sorprendente en los últimos dos años han aumentado los retoques estéticos en Almería”, señala María Dolores Rubia, médica estética del centro ‘Amalfi’. Ella asegura que tras el confinamiento pensó que la gente decidiría no acudir a su clínica por tratarse de algo que, aparentemente, no era necesario. Pero “cuando terminó el confinamiento, recuperamos las clientas que habitualmente atendíamos y además la demanda aumentó”. Un aumento que se sitúa porcentualmente entre un 30 y un 40 por ciento desde la llegada del Covid a nuestro a día a día: teletrabajo, videoconferencias y mucha presencia digital.
Culturalmente ha sido más frecuente relacionar más a las mujeres con las mejoras estéticas que a los hombres. Un aspecto que va camino de marcar un cambio de tendencia de no ser porque porque ellos están comenzando a dejar de percibir como algo femenino acudir a este tipo de centros. “Ha habido un aumento significativo pero de la mano de sus mujeres, es decir, ellas ya eran consumidoras de medicina estática y han sido estas mujeres las que han traído a sus parejas. En mi experiencia, es menos frecuente el hombre que viene solo que el hombre que viene acompañado de su mujer” indica Rubia.
'Influencers'
Entre los retoque más usuales entre los almerienses destacan el aumento de labios, hidratación de labios o mesoterapia de vitaminas entre personas de edades entre los 20 y los 30 años. Algo que contrasta con las demandas de personas de mayor edad, cuyos principales tratamientos mantienen relación con el bótox, la luz pulsada y los estimuladores de colágeno. Cuyos objetivos son, respectivamente, recuperar volúmenes; hacer frente a las manchas solares que con tanta frecuencia se dan en esta provincia a causa de su climatología y recuperar la firmeza y luminosidad de la piel.
Sin embargo, lo llamativo de este aumento significativo que se ha podido apreciar en Almería y en muchas zonas del país no viene por el género sino por la edad. El paciente que recurre a la medicina estética es cada vez más joven, quienes de la mano de los influencers deciden ejecutar sus primeros cambios físicos. “Desde los veinte años ya se están poniendo vitaminas y en tratamientos de medicina estética a través de relleno de labios y pómulos”, señala la médica estética.
De la misma forma que ha aumentado los tratamientos estéticos también ha aumentado la cirugía plástica y reparadora entre los más jóvenes, pero, ¿Qué lleva a una persona de veinte años a tomar esta decisión? Según el psicólogo médico Ricardo Sotillo, teniendo en cuenta que durante la pandemia la única ventana que se ha tenido al exterior pasaba por los dispositivos móviles, las consecuencias sociales del covid “ha afectado mucho porque las redes sociales son una lupa y, además de agrandar todo aquello que forma parte de la realidad, lo distorsiona generando un ideal de belleza que consigue que las personas más jóvenes tengan un referente externo que dejamos de apoyar en personas que conocemos, con las que tenemos relación y solemos ver por un ideal que se proyecta y que normalmente está exagerado y enmascarado”.
Por eso la ética de los centros médico estéticos está muchas veces por encima de la decisión del usuario, cuya labor además de ofrecer una mejora física con repercusión en la salud mental no puede ser nunca contraproducente. Y así debe ser.
El perfil de los usuarios
Como ocurre en cualquier ámbito, el perfil de pacientes es muy variable. Por lo tanto, reducir a un problema de autoestima la principal causa para recibir un tratamiento de medicina médica es no hacer correctamente la radiografía de los usuarios almerienses que con frecuencia pasan por este tipo de clínicas. Intervienen otros factores.
Para Salvador Rojas, director de la clínica de cirugía estética ‘Dorsia’, además de la una baja autoevaluación, encuentra pacientes que se encuentran en puntos de inflexión de sus vidas, por ejemplo, una separación. O incluso pacientes que llevan una mala relación con su pareja. “La consecuencia de todo ello acaban afectando a nuestro rostro, a nuestra piel y a nuestra mirada”.
Sin olvidar que vivimos una época en que a la sociedad le gusta mucho cuidar su aspecto, las personas de mediana edad continúan sintiéndose jóvenes y no es comparable con las mismas edades de hace algunas décadas, donde el desgaste físico era mucho mayor.
“La gente quiere verse un poco mejor y todo esto sirve para dulcificarnos un poco la edad, no se trata de volver a los veinte pero ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos” frente al espejo y en el escaparate de las plataformas sociales en las que existe un determinado canon de belleza, algunas veces alejados de la realidad.
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