La provincia de Almería vive un frenazo inédito en la llegada de pateras. Después de tres años de intensa actividad en la ruta migratoria del Mar de Alborán, las embarcaciones procedentes de la costa de Argelia han sufrido un parón en las últimas semanas.
Según datos de la Agencia Europea de Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), las costas andaluzas habían recibido en enero y febrero unas 1.600 personas en embarcaciones clandestinas, lo que suponía un aumento del 8 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado. Argelinos y marroquíes acumulaban la práctica totalidad de las llegadas en este comienzo del ejercicio 2022.
Sin embargo, marzo y abril han parado drásticamente las salidas desde las playas cercanas a Orán y los recursos policiales y de asistencia humanitaria, desde sus distintas perspectivas, toman aire.
Según datos del Ministerio del Interior, en marzo apenas se detectaron cruces irregulares en este eje, lo que ha llevado la cifra global del año a una caída del 37 por ciento en materia de inmigración irregular.
Una razón evidente es la sucesión de temporales. Las condiciones climáticas se han convertido en un factor tan importante en las rutas migratorias como la geoestrategia y las mafias se resisten a lanzar las embarcaciones al mar sin ciertas garantías de alcanzar tierra con vida.
Crisis
Este es un fenómeno propio de la ruta argelina y nuevo. Esto es, los traficantes buscan completar varios viajes de ida y vuelta hasta Cabo de Gata para sacarle el máximo partido a los botes, a menudo lanchas de enorme potencia compradas en suelo español a particulares o a empresas dedicadas a la gestión de naves de segunda mano.
Antes, en cambio, las pateras desde Marruecos, especialmente las ocupadas por subsaharianos, apenas podían alcanzar zona SAR de España (aguas de rescate) para ser atendidas por Salvamento Marítimo o por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil.
Por otra parte, el bajón en la afluencia de migrantes se produjo paradójicamente en un momento de crisis diplomática con Argelia. El giro español respecto a la independencia del Sáhara ha permitido la recuperación de las relaciones diplomáticas con Marruecos, pero ha dañado los contactos con el gobierno de Abdelmadjid Tebboune, sucesor del militar Abdelaziz Bouteflika.
Un menor control de la costa argelina en origen supondría un conflicto para las fuerzas de seguridad en España. No en vano, en los peores momentos de la crisis sanitaria la irrupción de pateras en el Levante provocó con muchas pateras tocaran tierra sin ser alcanzadas.
No hay estadísticas oficiales sobre cuántas personas han conseguido poner arribar a las playas de Almería, aunque fuentes policiales apuntan a miles de ciudadanos (buena parte busca en España un punto de transición en su travesía hacia Francia y Bélgica).
Perspectivas
La ruta argelina ha sido, en todo caso, la más activa de la Península Ibérica y Baleares en los últimos tres años. Dos de cada tres migrantes irregulares detectados procedían de este país.
Los argelinos localizados eran mucho más numerosos que los marroquíes o cualquier otra nacionalidad detectada. Además, a través de esta ruta han aparecido con cierta frecuencia ciudadanos de Bangladesh, Yemen o incluso Siria.
La incertidumbre sobre cómo funcionará esta vía en los próximos meses, con mejor tiempo y con la tensión diplomática todavía activa, es máxima. Y los últimos dos veranos ya han sido especialmente exigentes en materia de extranjería y fronteras.
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