“Siempre decimos que en las residencias de mayores, y en los centros sanitarios, no se cuidan enfermedades. Se cuidan vidas”, dice María Salmerón. “Ese es nuestro propósito, nuestro esfuerzo constante: humanizar los cuidados en esos centros. Yo tengo la suerte de verlos desde la profesión de enfermera en la Sanidad, y como gerente de Sociedad Andaluza de Servicios Sanitarios en cientos de centros residenciales, e insisto en la necesidad de esta humanización”.
“Trabajamos desde la empatía de los trabajadores”, añade. “Y es por ello que estamos utilizando el traje de simulación del envejecimiento y de la discapacidad NHUMAN. Para que sintamos lo que ellos, los mayores, sienten”.
María es de Fiñana y vive en Aguadulce. Estudió Enfermería, y se especializó en enfermería geriátrica. Hizo el master en Demencias y Enfermedad de Alzheimer, y es Experta Universitaria en Enfermedades Neurodegenerativas, todo en la Universidad de Almería. Es enfermera desde hace más de 20 años, y ha compaginado la labor docente con la asistencial. Ha ejercido en residencias de mayores y en la Sanidad Pública, y también prepara opositores para esta última: “Cuando un alumno mío firma su plaza, es como si la firmase yo misma”, sonríe. También es profesora de Formación Profesional para el Empleo en la especialidad de atención a la dependencia, y desde 2014 es CEO de la Sociedad Andaluza de Servicios Sanitarios, una empresa especializada en la formación al sector sanitario y sociosanitario.
Calidad
“Impartimos la formación necesaria para trabajar en ayuda a domicilio y en residencias”, explica María. “Podría decir que casi la mitad de gerocultores/as de residencias de mayores y ayuda a domicilio, de la provincia de Almería, han pasado por nuestras manos. Y, actualmente, en Sassan Formación llevamos la formación de más de cien residencias de mayores en todo el territorio nacional”. En estos momentos, gran parte de sus esfuerzos están centrados en el proyecto +HUMANIZACIÓN. “Es un sello de calidad registrado y acreditado por la Sociedad Andaluza de Servicios Sanitarios, que certifica el trato humano en los centros sanitarios y sociosanitarios”, añade. “Somos pioneros a nivel nacional, y nos ha llevado tiempo todo el registro de marcas y patentes...”.
A ella, además, siempre le ha llamado la atención todo lo relacionado con la tecnología asociada a la salud, dice. “He visto en primera persona lo que ha ido evolucionando la tecnología para el cuidado de los seres humanos”, dice, “y por eso siempre pensé que unir la tecnología a +HUMANIZACIÓN potenciaría el objetivo del proyecto. Todo el equipo lleva años trabajando en la construcción de este proyecto de innovación social”.
Y, en este ámbito, recientemente han adquirido un traje NHUMAN, del que solo existen tres unidades en España. “Es un traje de simulación del envejecimiento y de la discapacidad, y, hoy por hoy, es un elemento fundamental en nuestras formaciones”, asegura María. “Pues con él se busca que los cuidadores empaticen con las personas dependientes”.
En piel propia
“Nosotros pensamos que solo puedes entender cómo se sienten estas personas, si tú mismo lo experimentas en tu cuerpo”, añade. “Queremos que quienes cuidan a estas personas, sientan cómo siente una persona de 80 años, o con discapacidad auditiva, o con déficit visual...”.
Con este traje se puede sentir, de manera literal, cifosis o hipercifosis, EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), parkinson, hemiparesia (la parálisis de un lado del cuerpo) debido, entre otras causas, a un derrame cerebral. También es un simulador de acúfenos (ruidos en el oído), enfermedades oculares como la degeneración macular, las cataratas, el glaucoma, desprendimiento de retina unilateral, retinopatía diabética, retinitis pigmentosa…
“Y un gran número de patologías asociadas al envejecimiento”, dice María. “A través de su interacción, se puede lograr un efecto que se aproxima mucho a las limitaciones de las capacidades sensoriales y motoras de la vejez y la discapacidad. En particular, se reproducen de forma muy realista las limitaciones en la marcha y la capacidad de agarre alterada causadas por la edad; pero también se pueden comprender mucho mejor el aumento del estrés mental y la creciente inseguridad en los movimientos”.
El objetivo es que el trabajador se ponga en la piel de la persona a la que cuida. “Tenemos numerosos casos de gerocultores/as que nos dicen que, tras probar el traje, entendían mucho mejor su profesión, y que muchas actuaciones que habían normalizado, ahora las veían desde otra perspectiva”.
Un nuevo paradigma
Cuando le ponen el traje de simulación del envejecimiento a un cuidador/a, les apresuran para que suban la escalera, no tiren la sopa al comer o se enteren de lo que les dicen. “Y descubren que, realmente, no puede hacerlo,”, añade, “o que se cansa con más facilidad, o que su campo de visión es más reducido del que pensamos”.
Cuando presentan el traje en universidades, diputaciones, residencias, centros u hospitales, “siempre encontramos la misma respuesta: Quítame esto, así no se puede vivir”, dice María. “En ese momento les recordamos que las personas a las que cuidan no pueden decidir qué quitarse o ponerse”. Uno de los sentimientos que más llama la atención son los guantes simuladores de Parkinson, añade. “El temblor se simula de manera absolutamente realista por medio de impulsos de electroestimulación muscular. Y hay personas que no aguantan más de unos pocos minutos con los guantes puestos...”.
“Por lo tanto, para nosotros esto no es solo un traje, sino un cambio de paradigma”, afirma María. “Es sentir, empatizar, mejorar. De ahí su nombre NHUMAN, humanos más humanos. Esto es toda una revolución que hará que, al tomar decisiones sobre los usuarios, lo hagamos desde la profesionalidad, por supuesto, pero, siempre que sea posible empoderándolos. Poniéndolos como el centro de toda nuestra praxis”.
TECNOLOGÍA PARA SER MÁS HUMANOS
“Actualmente, la tecnología está diseñando una nueva medicina”, afirma María Salmerón. “Como enfermera veo constantemente todo tipo de avances. Pero no nos equivoquemos, venimos de una pandemia que paró el mundo, y todos estaremos de acuerdo en que, en esos momentos cruciales, lo que más se necesitaba era Humanidad”.
“La tecnología, sin la Humanidad, es como querer hacer que el río suba. No es natural”, añade. “Las personas a las que cuidamos necesitan un trato +Humano. Y, por ello, pienso que el futuro del proyecto de innovación social + HUMANIZACIÓN, es esperanzador. Cientos de centros y miles de profesionales ya se han sumado a este nuevo modelo de gestión, y estamos descubriendo lo que cambia a las personas el ponerse en la piel de los más vulnerables. Pero el traje NHUMAN no deja de ser una herramienta tecnológica al servicio de las personas. El fin de todo es que seamos más humanos, y este objetivo no puede tener fecha de caducidad”.
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