Se ha hecho esperar pero finalmente el ansiado ‘alivio térmico’ ha llegado a Almería. Ha sido un mes y medio de temperaturas muy altas, de récords de máximas, tanto por el día como por la noche, de insomnios y de sudores a todas horas, pero desde ayer la provincia ha vuelto a la ‘normalidad’ térmica.
La mejor prueba del cambio experimentado por la climatología es el que aportan los termómetros, esos que registraron este pasado sábado la temperatura más alta registrada nunca en Almería, esos 42 grados medidos en el aeropuerto que sólo tienen un precedente, los también 42 que se midieron en un mes de agosto del año 1929 en la estación situada en aquellos tiempos en el Instituto Sismográfico Nacional situado en el barrio de Los Ángeles.
Diez grados
Pues bien, en poco más de 24 horas esos registros han descendido en diez o más grados en el área de la capital, una bajada de temperaturas que hay que achacar tanto al cambio de tendencia en el viento, que ha rolado de levante a poniente, y al avance de una vaguada atlántica que arrastra aire frío del atlántico norte.
Esa llegada de aire más fresco ha permitido que las temperaturas registradas en Almería capital y su entorno hayan pasado de los más de 42 grados medidos el sábado a los entre 28 y 29 grados de ayer lunes (aunque el famoso efecto de ‘isla térmica’ elevaba a algo más de treinta grados las temperaturas en la ciudad).
Las noches
Aunque hasta ayer no se produjeron grandes cambios en las temperaturas nocturnas, a partir de la madrugada de hoy martes el descenso térmico se trasladará también a las mínimas, es decir a las temperaturas de la noche y de la madrugada.
Según las previsiones que maneja Eduardo Romay, del colectivo almeriense de analistas climáticos Cazatormentas, los almerienses verán aflojar las temperaturas nocturnas; ayer mismo se quedaron ya en 25 grados a última hora de la madrugada (aún muy elevadas), pero es previsible que a lo largo de los próximos días sigan bajando hasta los entre 21 y 22 grados, lo cual dará un respiro sustancial a los almerienses que, por fin, podrán dormir de forma confortable.
La semana
Este martes supondrá un nuevo descenso de las temperaturas, tanto de día como de noche. Martes y miércoles deben ser, de hecho, los dos días en los que el ‘aire fresco’ que llega desde el Atlántico, impulsado por masas de aire de poniente, se hagan notar con mayor intensidad con temperaturas que estarán en el entorno de los 30 grados.
La previsión de Romay indica que esa tendencia debe mantenerse en todo lo que queda de semana, un cambio en el clima que pondrá fin a un episodio de altas temperaturas que se puede considerar extraordinario no tanto por la intensidad del calor (que también) como por la persistencia del mismo ya que es difícil encontrar en las series históricas tantos días seguidos con registros de temperaturas que han rondado un día sí y otro también los 40 grados en las máximas.
Fin de episodio
Con la llegada de la vaguada atlántica, que ya deja sentir sus efectos en la zona más occidental del país y empieza a ‘tocar’ la provincia, se pone punto y final, al menos de momento, a las recurrentes olas de calor de este verano.
Romay sostiene que, evidentemente, aún hará calor en fechas próximas, “pero difícilmente se sucederán tantos días de máximas elevadísimas”, entre otras cosas porque los días empiezan a acortarse y porque el aire de poniente mueve las aguas superficiales del mar y permite que afloren aguas más profundas, que presentan temperaturas más bajas, “y ese efecto del mar será ahora más notorio”.
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