Malena Caparroz es argentina, y se vino a vivir a España a principios del 2019, para continuar aquí sus estudios. Estudió Ingeniería Electrónica Industrial en la Universidad de Almería, y ahora trabaja allí como investigadora, mientras continúa estudiando un master en Ingeniería Industrial.
Pero lo suyo con la tecnología viene de toda la vida. “De niña siempre me gustaron las matemáticas y la física, resolver acertijos...”, dice. “Cualquier cosa que necesitara pensar y razonar fuera de lo que estaba acostumbrada. Siempre me gustó aprender las cosas entendiéndolas, no memorizándolas. Tener eso claro me ayudó mucho a la hora de decidir qué estudiar”.
Además, también se decantó por la Ingeniería porque “me gustaba pensar en una carrera que me abriera muchas puertas”, añade, “que me permitiera trabajar en distintas áreas”. ¿Y por qué se decidió por electrónica?, le pregunto. “Estaba indecisa, pues no conocía muy bien qué se estudiaba en cada especialidad. Pero, cuando en segundo curso tuve mi primera asignatura de automatización y control, quedé encantada y supe que tenía que estudiar esto...”.
Los años de la carrera fueron de bastante esfuerzo y sacrificio, dice. Pero también “de lindas experiencias y hacer muchos amigos nuevos”, afirma. “En mi curso la mayoría eran varones. En los últimos años éramos apenas tres o cuatro chicas, pero eso no me detuvo en ningún momento, ni me hizo pensar que la carrera no fuera para mí”.
Investigar
“En la sociedad se ha implantado esa idea de que estas carreras son para hombres”, reconoce. “Pero las mujeres somos igual de capaces y tenemos las mismas herramientas para conseguirlo. Por suerte, ahora se están animando mas mujeres a estudiarlas, y se hace un esfuerzo por concienciar a la gente de que cada uno es capaz de estudiar la carrera que le guste”.
Lo que más le gusta es el control y la robótica, dice Malena. “En mi trabajo me dedico a investigar en el campo de la producción de microalgas, y siempre que puedo participo en las actividades de divulgación científica que se organizan desde la universidad, y desde el grupo de investigación de Automática, Robótica y Mecatrónica”.
Almería le ha gustado. “Me ha brindado unos años increíbles, y la universidad no se queda atrás”, afirma. “Llegué sin conocer a nadie, pero su encanto y su gente me dieron una acogida increíble”. El grado ha sido bastante exigente, “pero los profesores están dispuestos a ayudar y brindar el apoyo que haga falta”.
Además, la UAL tiene muchos recursos para llevar a cabo la vida de estudiante dentro del mismo Campus, “a diferencia de lo que estaba acostumbrada en Argentina”, apunta. “El hecho de contar con una biblioteca donde poder estudiar con compañeros, donde puedes pedir ordenadores prestados, etc., hace que sea más fácil sentarse a estudiar todas las tardes...”.
Compañeros
Malena sí ha sentido que en el master el ambiente es muy distinto al del grado. “Allí puedes tener mayor o menor relación con los profesores, pero casi nunca llegas a una relación cercana y de pares”, dice. “Aquí, en cambio, la mayoría de profesores te ven como un compañero de trabajo, hay una relación más cercana. Además, vuelves a encontrarte con compañeros de otras especialidades, eso me gusta mucho”.
Lo bueno de trabajar en investigación, aunque a veces también es frustrante, “es que nunca sabes nada al 100% hasta que lo pruebas”, señala. “Y eso es algo que me gusta mucho de mi ámbito de trabajo. En los momentos como desayunos o almuerzos, si alguien comenta un problema con el tema que está investigando, comienza una conversación muy interesante, en donde a mí personalmente, se me han resuelto muchos problemas. Al final, esos momentos me ayudaban casi tanto como estar sentada frente a mi ordenador”.
El futuro...
La pandemia supuso un cambio en su vida, dice Malena. “Cuando empezó estaba en segundo de carrera, y me había acostumbrado a pasar el día en la UAL, entre clases y biblioteca. Y de repente me tocaba estar todo el día en mi cuarto frente al ordenador, sola... Esos cuatrimestres fueron más difíciles de sobrellevar, se nos agregó mucha carga de trabajo y algunas asignaturas se hicieron más cuesta arriba. Ahora por suerte parece que todo ha vuelto a la normalidad, hemos vuelto a las clases presenciales y la vida normal...”.
¿Y el futuro?, le pregunto. Malena sonríe: “Ahora mismo es bastante incierto. A corto plazo, quiero terminar de formarme, terminar al master y, si es posible, hacer el doctorado...”.
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