“La pandemia ha ayudado a normalizar los problemas mentales”

Entrevista a Susana Miras, directora de la Unidad de Salud Mental de Torrecárdenas

Susana Miras, directora de la Unidad de Salud Mental de Torrecárdenas.
Susana Miras, directora de la Unidad de Salud Mental de Torrecárdenas. La Voz
Miguel Cabrera
20:30 • 19 nov. 2022

La psiquiatra Susana Miras Tripiana es desde principios de año la nueva directora de la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario Torrecárdenas. Licenciada en Medicina por la Universidad de Sevilla, participó en la formación del dispositivo de Hospital de Día en el CPE Bola Azul (2006 a 2010). La doctora destaca de su currículum su trabajo en la Unidad de Salud Mental Comunitaria de Viena, en un equipo multidisciplinar especializado en Trastorno Mental Grave. También es especialista en psicoterapia de grupo y en trastornos de personalidad.



¿En qué medida ha afectado la pandemia a la salud mental?



La pandemia y sus consecuencias nos han afectado a todos, tanto a nivel de las pérdidas sufridas de personas queridas y allegados, que han sido muchos, como en la manera sorprendente en la que apareció y puso en cuestionamiento una sociedad del bienestar que nos generaba una sensación de seguridad, de repente cuestionada. Es algo a lo que no estamos acostumbrados y sus inicios con el déficit de material de protección a nivel mundial, las muertes de nuestros mayores principalmente, ha sido durísimo para todos. 



Por lo tanto, era algo inimaginable para la mayoría, que nos ha generado mucho miedo, inquietudes e incertidumbres, con su consecuente malestar psíquico y sufrimiento.  



A algunas personas que quizás se encontraban ya en una situación más vulnerable les ha afectado de manera individual más, entendido desde lo intrapsíquico, y como consecuencia ha aumentado el número de trastornos de ansiedad y depresión, de forma que han supuesto un incremento del  35% en el número de consultas en Salud Mental en Almería.



¿Y cómo ha actuado el hospital ante todo esto?



Con el refuerzo en la contratación de profesionales de salud mental, principalmente facultativos psicólogos clínicos, psiquiatras y personal de enfermería, para dar respuesta a esta demanda creciente.



En relación también a la pandemia, ¿es posible que se esté confundiendo el malestar en la vida cotidiana con trastornos mentales?

Opino que  durante la pandemia especialmente se hizo una fisura en el entramado social que nos sostiene y apoya a lo largo de nuestra vida, facilitando que los malestares y sufrimientos cotidianos tengan menos sostén en los vínculos con los otros, deshilvanados en parte por la disminución de relaciones sociales. En ese sentido, puede ser que el mismo malestar y sufrimiento psíquico en cuantía no haya podido tener la respuesta habitual que las personas de su entorno hubieran dado en otras circunstancias, ni las personas que han sufrido más han tenido, por un periodo de tiempo en la pandemia, la misma facilidad para pedir y recibir la ayuda precisada. Las personas se han sentido más desbordadas y con menos apoyo. 


¿Hay mayor visibilidad de los problemas mentales ahora?

Con la mayor visibilidad de los problemas en salud mental existe el riesgo de la “medicalización y psicologización” del sufrimiento humano. Nuestros tratamientos e intervenciones psicológicas no están ajenos a efectos secundarios en las personas, tiene sus indicaciones y hay que discernir bien qué intervenciones se reciben en cada caso. Cada persona es única y trabajamos desde el modelo biopsicosocial del individuo. Por ello es tan o más importante no solamente aplicar tratamientos desde los espacios sanitarios, como medidas de prevención en salud que se están llevando a cabo con diferentes agentes desde educación, campañas publicitarias, introducción de la prevención en nuestra cultura a través de cine, música, redes sociales, cultura… que son determinantes en nuestras vidas.  


¿La pandemia ha aportado algo positivo, como sucede en las crisis sociales?

La pandemia ha puesto de manifiesto nuestras debilidades, si ha habido algo positivo en esta pandemia, es un movimiento de visibilización y normalización de los problemas mentales.  Algo más alejados ya de las ideas antiguas y tabúes acerca de los problemas en la salud mental, la pandemia ha facilitado a dar varios pasos a buen ritmo contra el estigma en problemas que nosotros los profesionales de salud mental llamamos “patología menor” (ansiedad, depresión). Sin embargo, nos queda aún mucho camino por recorrer en el estigma respecto a la “patología mayor” y lo que llamamos trastorno mental grave en esta sociedad, aún estigmatizados en muchos foros. 


¿Hay algún sector de la población más afectado por problemas de salud mental tras la crisis sanitaria?

Los más vulnerables suelen ser también los más afectados, ancianos, menores y personas en riesgo de inclusión. En el caso de los adolescentes con un aumento significativo de autolesiones y de intentos de suicidio en edades jóvenes, de 20 a 24 años principalmente. Como sociedad, ante el suicidio tenemos que entender su complejidad y su origen multifactorial. En algunos casos son “crisis vitales” en las que los jóvenes precisan de ayuda profesional para gestionar de otra manera más saludable su sufrimiento sus emociones. En otras puede estar relacionado con problemas graves de salud mental, de ahí la importancia de la detección precoz. 

En este sentido, el Hospital Torrecárdenas desarrolla desde junio un refuerzo de personal dedicado exclusivamente a la atención infanto juvenil. Con mayor accesibilidad y acompañamiento más intensivo. 


¿Es la soledad el gran problema de fondo de esta sociedad?

La soledad es un problema creciente, que aunque sea social incide de manera importante en el agravamiento de los trastornos mentales en situaciones de aislamiento y pérdida de relaciones. Por ello, tendremos que plantearnos seriamente cómo acompañamos a estas personas con recursos sociales, programas de acompañamiento en la soledad y campañas para sensibilizar a la sociedad ante este problema. Entiendo que los paradigmas están cambiando y en generaciones previas la soledad era algo intolerable. Supongo que las redes sociales también hacen su función de sostén, pero en personas más jóvenes. El problema de los mayores es que muchos de ellos no se manejan con las nuevas tecnologías.


¿Cuál es su postura respecto a la Ley Trans, muy criticada por algunas sociedades científicas?

El fenómeno Trans es complejo, que entiendo tiene que ver con las nuevas vivencias y posibilidades que tienen los adolescentes con respecto a lo previo. Al igual que existen otras posibilidades de relacionarse en las redes sociales que las generaciones previas desconocían, se les presenta toda una paleta de colores y posibilidades en sus identidades también de género. Lejos de prejuzgar, los profesionales de la salud mental nos centramos en acompañar en el malestar y sufrimiento intenso de las personas independientemente de su ‘background’ o identidad de género, siempre que la persona lo solicite. 


¿Cuáles son sus retos al frente de la unidad de Torrecárdenas?

Uno de ellos es analizar la situación actual y cuáles son las demandas que requieren una atención más accesible e inmediata. El refuerzo en la atención de la población infantojuvenil que precise de nuestra ayuda, que ya se está llevando a cabo, junto con la coordinación con otros profesionales y agentes que trabajan con ella para la  prevención y promoción en la salud mental. 

Otro reto importante es dar más accesibilidad y atención a las personas con trastorno mental grave, a las que en ocasiones resulta más dificultoso solicitar la atención necesaria, y se trata de personas vulnerables. Para favorecer su accesibilidad y atención, Torrecárdenas desarrolla un programa de atención en la comunidad con la dotación de recursos humanos y de medios necesarios. 

Otro objetivo es la detección precoz de problemas mentales, para discernir cuales necesitan y se benefician de nuestras intervenciones. Para ello se ha reforzado la coordinación entre atención primaria y especializada, la coordinación con el servicio de urgencias y se desarrollan programas intensivos de detección y tratamiento de trastornos mentales. 

Además, desde nuestro ‘Plan de Humanización’ se planea mejorar las instalaciones de salud mental de lA Bola Azul para espacios y atención más humanizados. 


 ¿Qué ha supuesto para el hospital y la provincia las nuevas instalaciones de Salud Mental?

Una gran mejora en la atención a pacientes hospitalizados, ya que existe una unidad específica para ingresos a menores claramente diferenciada de la atención a adultos, con espacios e intervenciones adecuadas a las necesidades de la infancia, situada en el Hospital Materno Infantil, con todas las posibilidades a los niños que el hospital ofrece. En la unidad de hospitalización también ha habido una mejora importante.


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