Líbano recuerda a las tropas españolas el riesgo de trabajar en zona de operaciones. Un soldado irlandés ha muerto y otro se encuentra en estado crítico tras ser tiroteados en el ataque a un convoy de las Naciones Unidas que transportaba cascos azules hasta Beirut.
Los dos vehículos de la ONU sufrieron una emboscada en un poblado y recibieron disparos con armas ligeras, según los primeros datos sobre la investigación. De momento, el principal sospechoso, Hezbolá, se ha desvinculado oficialmente del episodio y las autoridades libanesas han anunciado una investigación para esclarecer los hechos y juzgar a los responsables.
El suceso ha encendido las alarmas en el conjunto de la misión UNIFIL y se ha entendido como una auténtica agresión a las tropas de paz, cuyo objetivo no es enfrentarse a las milicias libanesas sino evitar el choque entre éstas y las fuerzas de Israel.
La ONU permanece en Líbano desde agosto de 2006 (antes hubo otras misiones en la misma zona). El país estaba siendo azotado por las fuerzas armadas de Israel (IDF), que incluso invadieron una amplia región del sur y llegaron a bombardear la capital Beirut.
La ONU medió entonces para el repliegue de las tropas israelíes hasta una frontera virtual conocida como Blue Line (está literalmente marcada por barriles y pintura azul sobre las piedras) y luego desplegó a sus cascos azules en esa franja. La Brigada Rey Alfonso XIII de la Legión abrió aquella misión internacional por parte de España y luego ha encabezado cuatro contingentes más hasta la actualidad.
La Legión
Hace un mes, el general de brigada Melchor Marín Elvira lideró un contingente formado por unos 600 militares españoles, la mayoría pertenecientes a unidades de la Legión de Viator (Almería) y Ronda (Málaga).
El tiroteo al convoy de la ONU en el sector occidental ha generado tensión en el conjunto de la misión de los cascos azules, aunque la situación de “calma tensa” de la que hablaba el general Marín en su partida desde el Aeropuerto de Almería no se ha modificado.
No en vano, el jefe de la Legión conminó a su equipo a mantener la guardia alta para afrontar una misión de seis meses de duración, compleja desde el punto de vista geoestratégico. La seguridad de la fuerza es prioritaria.
La ONU ya ha pedido explicaciones a Líbano sobre el episodio. Este domingo se despidió al soldado Sean Rooney de 24 años de edad, parte de un batallón irlandés y polaco. Al menos otros tres cascos azules resultaron heridos en el tiroteo producido el pasado miércoles, según la información oficial transmitida por la fuerza aliada. Uno de ellos permanece en estado crítico.
La Legión se desplazó hasta Líbano en tres rotaciones desde principios de noviembre. Su centro de operaciones están en la localidad de Marjayoun, en el centro de un valle, entre los corredores cristiano y musulmán. Amplias zonas de la región están controladas por Hezbolá. Además, los legionarios mantienen posiciones en la misma Blue Line, esto es, en la línea fronteriza con Israel, fuertemente militarizada desde el otro lado de la región.
Robles telefoneó al general Marín
La ministra de Defensa, Margarita Robles, telefoneó al general Melchor Marín Elvira para conocer el estado de los legionarios e interesarse sobre la situación de la misión en Líbano tras el tiroteo a un convoy de la ONU. Robles visitó la base de Viator unos días antes de la salida del contingente y ahora ha mostrado su apoyo a los legionarios desplegados en la Franja Azul ante la escala de tensión. La Legión controla el sector oriental, entre la frontera de Israel y el Río Litani. El tiroteo a los vehículos de la ONU se produjo en una ruta hacia Beirut, pero ya se han adoptado medidas concretas para reforzar la seguridad de los soldados y minimizar los riesgos en los desplazamientos por el área de control español. Hasta el momento no se han producido incidencias significativas en la demarcación responsabilidad de los legionarios.
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