La Fiscalía pide 9 años para la célula yihadista detenida en la calle Cádiz

La acusación considera que el rapero británico Abdelbary lideraba un grupo estable de Daesh

Detenciones en la calle Cádiz en abril de 2020
Detenciones en la calle Cádiz en abril de 2020 La Voz
Javier Pajarón
18:27 • 30 ene. 2023

La Fiscalía solicita una condena de nueve años de prisión para el yihadista británico Abdelmajed Abdelbary por un delito de pertenencia a organización terrorista. El joven fue detenido en una operación de la Policía Nacional y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en abril de 2020 en la calle Cádiz de la capital almeriense tras haber llegado a España en una lancha rápida procedente de Argelia y desembarcada en Cabo de Gata.




Abdelbary regresaba de combatir en Siria en las filas de Estado Islámico (Daesh) y fue arrestado junto a otras dos personas en una vivienda alquilada en el centro de Almería, en los días más duros de aquel confinamiento por la pandemia.




La Fiscalía considera que el detenido y sus dos colaboradores integraban una célula estable para la financiación de la organización terrorista y que, a pesar de abandonar Oriente Medio, mantenían su vinculación a Daesh. Según la Audiencia Nacional, Abdelbary salió de Siria a través de la frontera turca con una identidad falsa. Allí fue auxiliado por un colaboración que había viajado hasta Turquía desde Argelia.




La operación determinó que los acusados volaron a Argelia y desde allí tomaron una embarcación rápida, una patera-taxi, con la que consiguieron sortear aparentemente los controles costeros.




En esos meses la ruta argelina había sufrido una auténtica explosión migratoria con miles de jóvenes embarcados en lanchas rápidas de fibra con destino a Almería y, en menor grado, la Región de Murcia. La capacidad para lanzar múltiples barcas a la vez hacía más factible la llegada a tierra antes del arresto.

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No obstante, la Inteligencia española ya tenía indicios de la entrada de Abdelbary. No en vano, se trataba del yihadista británico más buscado hasta esa fecha. Se le conectaba con los grupos  más radicales de Daesh, responsable de asesinatos y secuestros en Siria que se utilizaron como propaganda a través de los medios de difusión de los radicales.




Además, su nombre saltó a las primeras páginas del Reino Unido por su carrera como músico y, luego, como presunto autor de la muerte del periodista James Foley (luego esta tesis fue descartada).




Se le imputan presuntos  delitos de integración en organización terrorista de índole yihadista radical, financiación del terrorismo y falsedad documental. Según la Fiscalía, los indicios apuntan a que el rapero británico había establecido una colaboración con sus dos compañeros detenidos para obtener fondos para Estado Islámico entre los años 2015 y 2020. Para ello usaban elementos como la Darkweb (Internet profundo).


En el registro realizado por la Policía Nacional en la calle Cádiz de Almería en abril de 2020 se hallaron “dos tarjetas bancarias, un teléfono móvil y un pasaporte francés en soporte auténtico, del cual había sido exfoliada su página biográfica original e introducida una fraudulenta con la fotografía de un acusado”.


Los acusados tenían presuntamente un grado alto de sofisticación y acceso a medios suficientes para captar fondos para la causa yihadista y camuflarse en su retorno a Europa. De hecho, la investigación descubrió datos sobre el uso de criptomonedas para la financiación de Daesh.


El piso de la calle Cádiz donde fueron detenidos los tres yihadistas había sido alquilado a través de una página de viviendas turísticas. No ha trascendido cuánto tiempo tenían previsto mantenerse allí o si solo era un punto de paso, ya que aquellos días la movilidad estaba restringida de manera severa por las medidas para la contención del Covid 19.


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