La patera emergió en el horizonte oscuro de la noche frente a las playas de Cabo de Gata. Casco firme de fibra, motor robusto fuera borda, garrafas de gasolina y un pasaje formado por ciudadanos sirios y argelinos amontonados en seis metros de eslora. Hombres. Jóvenes. Migrantes.
Y en el pequeño paseo marítimo de Las Negras, los vecinos atónicos ante un desembarco a duras penas. La patera tocó tierra a unos pocos cientos de metros al sur, en una zona más rocosa, y los viajeros se lanzaron a la orilla con dificultades, mientras un grupo de personas arrebataba la embarcación como los forajidos asaltan un diligencia. Un robo con violencia e intimidación.
La escena, narrada por testigos oculares, está íntimamente conectada a los ritmos vitales de la ruta migratoria entre Argelia y Almería, donde el suministro constante de embarcaciones y motores de gran caballaje alimentan la llegada de ‘harragas’ desde el entorno de Orán.
Las organizaciones buscan conseguir buenos materiales para poder realizar viajes rápidos entre Argelia y Cabo de Gata y para ello necesitan lanchas capaces de soportar estas travesías exprés. Por eso, las organizaciones mafiosas se han asentado por primera vez de manera deliberada en suelo español, desde donde rastrean el mercado y compran las naves, y por eso han surgidos bandas dedicadas al robo y reventa de pateras abandonadas en la costa de Almería.
Fuentes policiales consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA confirman la existencia de grupos autóctonos especializados en la rastreo del litoral. Son generalmente españoles con conocimiento de la costa y capacidad para sacar del agua cualquier bote abandonado. Sin dueño conocido, no existe delito. Este fenómeno aparece reflejado en informes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en importantes operaciones contra las mafias de la ruta argelina, al menos, desde finales del año 2020.
El sistema
El grupo de Información de la Guardia Civil describió en la denominada Operación Sidegar el asalto a unos pateristas en la Cala de San Pedro. Las escuchas telefónicas revelaron el robo de una lancha abordada en la orilla. Los pateristas Fawzi y Ahmed narraron el episodio a su jefe al amanecer del 18 de agosto de 2020. Literalmente, se la quitaron de las manos. “Hemos discutido con unos que se han llevado la embarcación. Los he grabado, tengo dos o tres vídeos”.
Después de este episodio, las fuerzas de seguridad han reportado decenas de casos. El sumario de la reciente Operación Flixita, desarrollada entre finales de 2022 y principios de 2023, refleja ingualmente el mercadeo de pateras y la aparición de una mafia local centrada en la adquisición de lanchas para ruta argelina.
Un oficio de la Guardia Civil remitido al Juzgado de Instrucción número Cuatro de Almería en noviembre de 2022, al que ha tenido acceso LA VOZ, describe la existencia de una rama criminal dedicada a “la adquisición y suministro de embarcaciones para su reutilización en nuevas singladuras dando continuidad a sus actividades ilícitas”.
Flixita detalla el fenómeno de los piratas de las pateras.
“Entre las diferentes vías utilizadas por los investigados para abastecerse de embarcaciones se encontraría la que es producto de la colaboración por parte de terceros dedicados, tanto a la búsqueda de hallazgos de embarcaciones procedentes de la inmigración ilegal sin seguir los cauces legalmente establecidos, como, incluso, a la derivada de una actividad de saqueo abordando aquellas que detectasen antes de tocar tierra para, una vez desembarcados, hacerse de ellas”.
Una conversación captada el 20 de septiembre de 2022 a los investigados Juan y Elías a las 18.35 horas revelan un rastreo del litoral. “¿Te puedes pasar esta noche por San José? La patera que le comenté el otro día la ha encontrado debajo de unas rocas volcada, y lleva un 30 o 40 (caballos)”.
Hay más indicios. El pasado 7 de marzo, una operación de la UCRIF Central y del Grupo I de la Brigada de Extranjería y Fronteras de Almería investigó a 19 personas presuntamente implicadas en una red articulada para la obtención de embarcaciones y motores en España, que servirían para nutrir la introducción de migrantes irregulares desde el entorno de Orán.
Como adelantó este periódico, 11 detenidos pasaron a disposición de la magistrada María Belén López, titular del Juzgado de Instrucción número Uno de Almería, el 9 de marzo. Se investigan presuntos delitos de contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y pertenencia a grupo criminal, aunque se apuntaron indicios de posibles conexiones contra el tráfico de drogas. Los registros se centraron en la barriada de El Alquián.
¿Por qué pasa solo en la ruta argelina?
La presencia de saqueadores de pateras ha funcionado únicamente en la ruta argelina por las características del tráfico de embarcaciones. En este eje, los pateristas salen desde España con lanchas compradas en el país, viajan al entorno de Orán, cargan los migrantes y regresan a Cabo de Gata para soltar a los viajeros en la orilla. A menudo son capaces de realizar varios viajes en una noche si el tiempo acompañada y existen un suministro de gasolina. La velocidad en la tránsito es clave porque los argelinos interceptados por Guardia Civil o Policía Nacional (y los marroquíes) pueden ser retornos, de acuerdo a los acuerdos bilaterales. Por eso es vital no ser detectados ni detenidos. No se trata, por tanto, de viajes similares a las grandes lanchas de goma de subsaharianos de la tradicional ruta de Alborán (o los cayucos canarios), sino de botes que las fuerzas de seguridad han llamado ‘pateras taxi’. Esto no significa que no haya riesgos para la vida. Cientos de muertos y desapariciones en los últimos tres años y decenas de condenas, aumentadas por la agravante de peligro para la vida, acreditan la dureza de cruzar de una a otra orilla a bordo de una barca de cinco metros.
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