Almería destruye 26 toneladas de drogas en el primer semestre del año

Los lugares de custodia y destrucción se mantienen en secreto como medida de seguridad

Alijo de hachís, en una operación vinculada a la Camorra en 2021
Alijo de hachís, en una operación vinculada a la Camorra en 2021 La Voz
Javier Pajarón
22:44 • 25 jul. 2023

Las grandes investigaciones contra el narcotráfico no acaban con el arresto de los criminales. Detrás de los registros y las detenciones existe un trabajo oscuro de traslados, transportes y otras labores logísticas imprescindible.




En los últimos años, las fuerzas de seguridad del Estado y las autoridades judiciales han arrimado el hombro para solucionar un problema enorme: ¿qué hacer con la droga decomisada? El procedimiento está regulado, pero requiere un esfuerzo que mezcla  las labores de seguridad, el establecimiento de lugares para el almacenaje, el traslado y finalmente la labor de destrucción efectiva de los estupefacientes. Y no es un cóctel sencillo de preparar.




En los primeros seis meses de este año se han destruido en la provincia de Almería unas 26 toneladas de drogas intervenidas en operaciones. La mayoría de estas sustancias corresponde a resina de hachís detectada en alijos en la costa (también en transportes por carretera y guarderías) y a plantaciones de marihuana descubiertas en viviendas, garajes y naves.




La eliminación rápida de esta mercancía es muy importante porque mantenerla demasiado tiempo guardada obliga a adoptar medidas excepcionales de seguridad y, por tanto, gastar recursos en labores de vigilancia.




Conscientes de esta necesidad, allá por el año 2012 se firmó un acuerdo marco entre el Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía General del Estado, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de Hacienda, el Ministerio del Interior y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para establece las condiciones de la destrucción de drogas.

Coordinación



Las claves estaban en la coordinación entre todos los actores implicados, la supervisión judicial del proceso y la toma de muestras de los alijos para el desarrollo de los procedimientos contra el narcotráfico que todavía no tuvieran sentencia; esto es, que la droga se elimine, pero existan informes periciales que se puedan utilizar como prueba en los juicios. Dicho de otro modo, que se garantice la conservación de las “fuentes de prueba” para los casos.




A este acuerdo marco se unieron en el año 2015 la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y la Agencia Tributaria, con Vigilancia Aduanera al frente.




La aplicación práctica de los acuerdos siempre ha sido conflictiva, sin embargo, Almería presume de tener uno de los sistemas más ágiles del país en la eliminación de las sustancias decomisadas. De hecho, en los primeros seis meses de este año se han acometido una veintena de operaciones de destrucción supervisadas por la autoridad judicial.

Materiales

La seguridad es tan importante como la celeridad en el trámite, por eso se mantienen en secreto los lugares donde se guardan las drogas aprehendidas. Hay, al menos, tres espacios habituales para la custodia del material, aunque se considera prioritario que las sustancias pasen poco tiempo en estos almacenes.


Periódicamente se hacen lotes, se organizan traslados con importantes medidas de seguridad y se llevan a los recintos donde se ejecuta la destrucción, con información a los actores implicados, incluyendo a la Dependencia de Sanidad de la Subdelegación del Gobierno en Almería.


En el caso de las plantaciones de marihuana, además de acabar con las matas, hojas y cogollos, frecuentemente los agentes se enfrentan a una cantidad ingente de aparatos de aire acondicionado, lámparas, ventiladores, cables y otros materiales propios de instalaciones caseras.




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