La Guardia Civil ha detenido a Sebastián R. S., vinculado a un depósito extrajudicial en Cabo de Gata, y a otras cinco personas en el marco de una operación contra el suministro de embarcaciones para el tráfico irregular de migrantes en la ruta argelina. La intervención supone la segunda fase de la llamada Operación Flixita, considera como una de las mayores investigaciones recientes contra las mafias de tráfico de seres humanos en el Mar de Alborán y coordinada por el Juzgado de Instrucción número Cuatro de Almería.
Según fuentes de la investigación, los acusados recuperaban embarcaciones a lo largo de la costa levantina y las ponían a disposición de los traficantes para alimentar de nuevo la ruta migratoria desde Argelia. Sebastián R. S. tenía presuntamente un papel relevante como mediador con las organizaciones criminales que, como han revelado operaciones como Sidegar, Flixita u Orontes, se han establecido en la provincia de Almería para gestionar desde esta orilla el flujo migratorio clandestino.
La Guardia Civil lo tenía en el punto de mira desde al menos agosto del año pasado. Una conversación telefónica captada a dos pateristas argelinos reseñados como Nasser y Fouzi apuntaban por primera vez a la presunta actividad de Sebastián R. S. en el mercado de las lanchas, que las fuerzas de seguridad denominan como ‘pateras-taxi’. Los botes tienen un valor de mercado entre los 15.000 y los 20.000 euros, según sus características . “El hijo del de Cabo de Gata (…) Se dedica a dar vueltas por la mar. Están vigilando”, explican en una llamada telefónica captada por la Guardia Civil el 13 de agosto, según un informa al que ha tenido acceso LA VOZ DE ALMERÍA.
Los agentes sabían de la existencia de grupos de ciudadanos españoles especializados en esta parte del mercado de las pateras por otras investigaciones, claves en la continuidad de la ruta argelina. A finales del año pasado se confirmaron los primeros arrestos de la Operación Flixita con la captura de los capos argelinos establecidos en Almería y de los españoles encargados de la logística.
“Serían principalmente ciudadanos de nacionalidad española los que se encargarían de esta labor,
obteniendo las embarcaciones tanto a través de sus contactos con depositarios extrajudiciales como fruto de una actividad propia de vigilancia de la costa coincidiendo con episodios de intentos de entradas clandestina”, explica un informe de Información de la Guardia Civil remitido al Juzgado de Instrucción número Cuatro de Almería en el mes de octubre de 2022.
Sebastián R. S. aparecía en varios pasajes de las investigaciones, pero su detención se ha retrasado hasta este mes de julio. El juzgado ha ordenado esta semana prisión provisional para el depositario y otros cinco sospechosos de participar en el tráfico de pateras, según fuentes judiciales.
Se trata del primer arresto de un depositario por el suministro de lanchas en la provincia, pero añade además otras aristas (aparecía como administrador único de la empresa al menos hasta 2010, aunque la Guardia Civil asegura que mantiene un “contacto directo”).
Operación Hiena
Sebastián R. S. es conocido por su implicación en la llamada Operación Hiena, probablemente la investigación contra el tráfico de drogas más relevante en Almería en las últimas dos décadas. El depositario había colaborado durante años con Policía Nacional, Guardia Civil y Aduanas en investigaciones contra el narcotráfico en la provincia. Según quedó acreditado en el propio juicio oral, algunas de las lanchas vendidas por el acusado salían balizadas, es decir, con dispositivos de seguimiento. Los agentes sabían así dónde cargaban el hachís de Marruecos y dónde intentaban descargar.
La información permitió la captura de decenas de toneladas de droga. Sin embargo, todo se torció en 2012. Sebastián R. S. aprovechó sus contactos y la medición de un policía nacional corrupto, antiguo agente de la UDYCO, para operar facilitar la entrada de hachís en Almería. Hubo dos episodios vinculados a esta operativa.
En primera lugar, la captura de un alijo de 3.500 kilos de hachís en abril de 2012 en una nave industrial de La Juaida, que acabó con un espectacular tiroteo entre un traficante y los agentes apostados en las inmediaciones del almacén.
Y, en segundo lugar, el secuestro de un empresario del mármol en Macael (2010) por parte de una organización marroquí que reclamaba la devolución de un camión cargado de droga que, presuntamente, fue robado por miembros de la trama. Fue liberado tras una compleja labor de mediación en Málaga.
Sebastián R. S. “planificó la realización de los actos necesarios para introducir en territorio nacional gran cantidad de hachís procedentes del Reino de Marruecos, que se habría de transportar hasta nuestras costas en barco pesquero, asumiendo funciones de dirección y coordinación en esta operación”, dice la sentencia de la Operación Hiena. “Fue el encargado de establecer los contactos necesarios para la recluta del dueño de la embarcación que había de transportar la droga, de organizar toda la infraestructura personal y material necesaria”.
El depositario fue condenado a siete años de prisión y 12 millones de euros de multa. Salió de la cárcel y, según las diligencias de la Operación Flixita, había recuperado su vínculo con el depósito extrajudicial de Cabo de Gata.
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