El fisioterapeuta con discapacidad visual que ve con el tacto de sus manos

Entrevista a Manuel Chacón, fisioterapeuta almeriense con un 76% de discapacidad visual

Manuel Chacón Morales, fisioterapeuta de Fisioterapia Fisiocañada Manuel Chacón.
Manuel Chacón Morales, fisioterapeuta de Fisioterapia Fisiocañada Manuel Chacón. La Voz
Mohamed Ezzizaoui
20:54 • 22 sept. 2024

Manuel Chacón Morales no es un fisioterapeuta cualquiera. Nació en Almería hace 45 años y, desde hace 23, ha dedicado su vida a aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de sus pacientes. Sin embargo, en esta entrevista a LA VOZ demuestra que su historia no es común, ni mucho menos sencilla. A los 18 años, Manuel decidió adentrarse en el mundo de la fisioterapia, a pesar de que su discapacidad visual representaba un desafío constante.



"Una charla en el instituto fue lo que me motivó para ejercer la fisioterapia como profesión. Vino una fisioterapeuta a hablarnos sobre ello y pensé que era algo que me podía gustar", recuerda. Su discapacidad visual, que hoy alcanza el 76%, no le impidió seguir sus sueños. Con apenas un 5% de visión en el ojo derecho y un 1% en el izquierdo, Manuel sabía que el camino sería complicado, pero estaba decidido a recorrerlo.



A lo largo de su vida, Manuel ha enfrentado obstáculos que la mayoría de las personas no pueden imaginar. Desde niño, sus padres lo criaron como a cualquier otro niño, sin hacer de su discapacidad visual el centro de su vida. "Tuve una infancia muy bonita, todo el mundo era solidario. Pero la adolescencia fue una etapa más difícil, porque uno empieza a cuestionarse por qué es diferente", relata.



Uno de los momentos más decisivos para Manuel fue cuando decidió irse a Madrid en 1998 para estudiar fisioterapia. "Supuso un desafío inmenso irme solo. En ese momento no había tantas ayudas tecnológicas como ahora. Moverse por la ciudad era difícil; tenía que aprender a orientarme, no por los nombres de las calles, que no podía ver, sino por edificios, colores y cualquier cosa que me ayudara".



A pesar de las dificultades, su experiencia en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), donde cursó sus estudios bajo la tutela de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), fue enriquecedora. En un ambiente donde la discapacidad era comprendida y respetada, Manuel pudo formarse como un profesional más, sin sentir discriminación. "Nos dijeron desde el primer día que debíamos competir con personas sin discapacidad y ser lo más hábiles posibles en nuestro trabajo", señala.



Las manos, su principal herramienta



Para cualquier fisioterapeuta, el tacto es esencial, pero para Manuel, se convierte en su sentido más importante. "Mis ojos son mis manos", afirma. La práctica intensiva fue clave en su formación: "En segundo de carrera ya tratábamos a nuestros propios pacientes, supervisados por profesores". La confianza en sus manos y su capacidad para leer el cuerpo de sus pacientes sin depender de la visión lo convirtió en un experto en el arte del tacto.



Manuel cuenta que una de las enseñanzas más valiosas que recibió fue la de no usar cremas durante el tratamiento, para poder percibir mejor lo que sucede en el cuerpo del paciente. "Me enseñaron a sentir cada músculo, cada hueso, con precisión".


Después de cuatro años trabajando en una clínica en Madrid, donde pronto se hizo un nombre propio, Manuel decidió volver a su tierra natal. Su objetivo era claro: abrir su propia clínica de fisioterapia. Sin embargo, el camino no fue fácil. Tras enviar currículums a diversas clínicas en Almería y no recibir respuestas, decidió emprender por su cuenta. "Con una camilla empecé, hasta que con la ayuda económica de mi familia pude comprar un local", cuenta.


Así nació Fisioterapia Fisiocañada Manuel Chacón, la clínica en la que hoy pasa consulta en La Cañada de San Urbano. Desde allí, ha logrado ganarse la confianza de un perfil de pacientes que valora su habilidad y dedicación. "Vienen a mí porque mi herramienta casi exclusivamente son las manos. Estoy muy contento con lo que hago", comenta satisfecho.


Una reflexión sobre la discapacidad

Para Manuel, la fisioterapia es más que una profesión; es una forma de vida. "Es una de las profesiones más bonitas y satisfactorias que existen. No tiene precio ver a alguien que no puede caminar y luego lo hace gracias a tu trabajo", afirma emocionado.


Sin embargo, también es un firme defensor de la inclusión y la visibilización de las personas con discapacidad. "La discapacidad debería normalizarse incluso un poco más. Aunque no es mi caso, hay muchos discapacitados que viven en exclusión social", destaca. Para él, la sociedad aún tiene un largo camino por recorrer en términos de integración y apoyo a estos colectivos.


La historia de Manuel Chacón no es solo la de un fisioterapeuta que ha superado los desafíos de su discapacidad. Es la de una persona que ha aprendido a convertir sus limitaciones en fortalezas, utilizando sus manos como una herramienta para transformar vidas.


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