Glamour y diseño en el corazón de Almería: Cosentino se cuelga el indalo

Crónica de la inauguración: una historia de éxito empresarial parte siempre de un pueblo

Manuel León
21:25 • 18 dic. 2024

Cosentino abre Citys por el mundo como Alejandro fundaba Alejandrías. No podía haber uno de ellos en Dinamarca y no haberlo en su propia provincia. Lo dijo ayer Pilar Cosentino (segunda generación, tercera si se cuenta a Eduardo y Eduarda): “Tenemos 35 centros como éste, cómo no estar en Almería, queremos llegar a 70”. Todo el glamour de Almería se dio cita ayer para asistir a la apertura de cancela de esta tienda de diseño que es un espectáculo, en el chaflán del Paseo con Navarro Rodrigo, en el bajo de ese caserón antiguo del propietario de uva José Vidal que ha sido restaurado primorosamente por el empresario de los abejorros  Santorromán.



Allí estaba, en esa confluencia de caminos, el ‘Todo Almería’, en un día claro, asistiendo a la puesta de largo de esta tienda que no es tienda, que es un palacio del maharahá de Kapurthala, con sus cocinas, con sus baños, con su solería fina donde se puede cargar hasta el móvil. En este City se podría freir una tortilla en el suelo. Lo dijo, luminosa, la alcaldesa Mar Vázquez: “Es un orgullo para la ciudad tener a Cosentino con nosotros”, como dando a entender "cuánto os habéis hecho esperar, Paco". Allí estuvo también el presidente de la Diputación, Javier A. García, la presidenta del Puerto, Rosario Soto, el delegado Amós García, la delegada del Gobierno Aránzazu, el jefe provincial de Trabajo, Hérnández de la Torre, los concejales Sacra Sánchez, Carlos Sánchez y Joaquín Pérez de la Blanca, los directivos de la compañía Eduardo CosentinoAlvaro de la Haza y Santiago Alfonso, el alcalde de Macael (donde empezó todo) y el presidente de los empresarios del Mármol, Jesús Posadas. Tiene eso Cosentino, a pesar de que no estuviera su presidente (estaba su aliento), que atrae como un imán, como un rey Midas. Porque sus logros están ahí: casi 2.000 millones de facturación y una distribución capilar del empleo con varios miles de trabajadores en el distrito postal de la perla del Almanzora. 



Es un ensueño, en pleno corazón de la ciudad, este City, distribuido en tres plantas con superficies de Dekton y Silestone brillando en 600 metros, sobre todo en la primera planta donde hay un Atelier o biblioteca completa de materiales dispuestos como los pergaminos de una antigua biblioteca medieval. 



Allí no se vende nada o se vende todo; allí, lo que flota es el poderío de una empresa de bandera de la provincia, el mismo día que otro almeriense, David  Bisbal, se emocionaba con algo tan sencillo como cantar villancicos en la Gran Vía madrileña. Es este city, junto al Palacio Provincial, como el llavero con indalo de una multinacional cósmica que sigue siendo de una familia, que sigue anclada a su pueblo, porque toda historia empresarial de éxito principia siempre  en un pueblo.







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