Invirtió el dinero ganado en patrimonio inmobiliario

La familia ha adquirido pisos y fincas agrícolas en Sevilla presuntamente con el dinero de Elsur

Redacción
23:21 • 05 may. 2014

El destino de una parte importante del dinero procedente de las ganancias que la familia de José Amate Rueda obtuvo con las subcontratas de Elsur ha sido la adquisición de patrimonio inmobiliario, tanto rústico como urbano según han detectado los peritos de la Agencia Tributaria.
Este importante patrimonio, adquirido entre los años 2002 y 2009, incluye, entre otros, pisos en Sevilla, la promoción de viviendas en dos calles de la localidad de Carmona (provincia de Sevilla) y la compra de hasta 27 hectáreas de terrenos agrícolas de regadío en  Cantillana (Sevilla).
Estas adquisiciones se hicieron en su mayoría a través de las sociedades patrimoniales de la familia, Avilama SL y Carfama Gestión. Como anécdota, en el inventario de bienes de Avilama SL figura el número de árboles de su propiedad (correspondientes a las fincas agrícolas), y que suma 11.649.
Capítulo aparte merece la promoción de viviendas de lujo de Carfama en la calle Ceán Bermúdez de Sevilla. Allí, la sociedad de la familia Amate Ávila adquirió dos solares cuyas construcciones anteriores fueron demolidas para construir un edificio de cuatro alturas de viviendas de lujo. El total de gasto previsto para esa promoción ascendía a algo más de 4 millones de euros y, sin embargo, en la documentación encontrada por la Agencia Tributaria se computa un 0 al apartado de gastos financieros para sufragarla, lo que lleva a Hacienda a deducir que el edifico “se construye exclusivamente con dinero procedente de las  subcontratistas de Elsur.
Esas viviendas, de 300 metros cuadrados de superficie cada una, parecían estar destinadas a los propios miembros de la familia, según lo que se desprende también de la documentación analizada. Además, Hacienda concluye que buena parte del dinero que utilizan las sociedades patrimoniales de los Amate en la compra de patrimonio inmobiliario o en obras de construcción de promociones está “ennegrecido” al estar enmascarado con facturaciones falsas utilizadas para computar como gastos irreales a las sociedades.







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