Una de las claves para sobrevivir a una dura jornada de estudio y trabajo es descansar lo suficiente para que nuestro cuerpo se encuentre a pleno rendimiento. Debemos dormir unas ocho horas aproximadamente por lo que deberíamos irnos a la cama un poco antes de las once.
Al levantarse lo más adecuado es hacer un buen desayuno variado y nutritivo para coger mucha fuerza. Al terminar de desayunar estaría bien hacer un poco de ejercicio para entrar en calor y preparar el cuerpo y la mente para todas las actividades que nos esperan. Tras esos minutos de gimnasia, nos pegamos una ducha refrescante que nos va a ayudar a llegar muy despiertos al Abdera.
Al llegar al instituto, es muy aconsejable cruzar la puerta con una gran sonrisa de oreja a oreja, saludando a nuestros amigos y comentando acerca de las tareas y exámenes que se nos presentan esa jornada.
Lo bueno de nuestro horario es que contamos con dos recreos y así nuestras clases se hacen más amenas y llevaderas. Estos descansos los utilizamos para hablar con nuestros compañeros y amigos. Es el mejor momento para despejarse, comernos nuestro almuerzo que debería de contar con una pieza de fruta y con las fuerzas repuestas del todo volver a clase.
Este manual para sobrevivir a las más de seis horas en el Abdera podemos resumirlo en hacer las tareas, dar las clases con el mejor de los ánimos, prestar atención a los profesores, ser simpático y agradable con los compañeros y, por encima de todo, tener muchas ganas de aprender algo nuevo cada día.
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