Además de festejos, estos días traen consigo algunos inconvenientes asociados al consumo excesivo de alcohol. El colectivo de taxistas los experimenta durante las noches de feria, en las que muchos de los pasajeros que emplean el servicio de madrugada se encuentran en estado de embriaguez y provocan altercados en la parada del recinto ferial.
Por esta razón, las asociaciones de taxis solicitaron protección policial al Ayuntamiento, la cual comenzó a prestarse de manera regular desde el domingo, día en el que, por primera vez, se colocaron vallas para canalizar las colas que se forman en torno a los taxis.
Problema recurrente
Miguel Ángel Úbeda, presidente de Radio Taxi, comenta que la petición se presentó ante la posibilidad de que se produjesen unos contratiempos que ya han tenido lugar en veranos anteriores. Y es que hay problemas todos los años en los días de feria, en los que a esas horas se dan “situaciones feas”. “La gente se pelea y algunos se abalanzan sobre los taxis”, explica Úbeda, quien constata que “no todo el mundo tiene la misma educación”.
Los taxistas consideran que la presencia policial en las “horas fuertes” -que se reparten entre las once de la noche y las seis de la mañana- disuade a quienes adoptan actitudes agresivas. Úbeda señala que el problema se origina, además, porque en dicha franja horaria la demanda de taxis supera ampliamente a la oferta.
Si a eso se le suma el hecho de que muchos conductores prefieren no acudir a la parada por temor a los conflictos, la situación resulta poco agradable para taxistas y usuarios. Por consiguiente el problema aumenta, porque hay más personas esperando por más tiempo en la parada: “Es la pescadilla que se muerde la cola”, asegura Úbeda.
Sin embargo, la demanda de seguridad por parte del colectivo no fue atendida hasta la tercera jornada festiva. Desde Radio Taxi explican que la Subdelegación de Gobierno indicó que, tras haberse producido el atentado de Barcelona, hubo que reforzar la seguridad, lo que exigió un mayor despliegue policial del inicialmente previsto en las zonas más concurridas.
Prevención
Dicha razón explicaría la ausencia de efectivos policiales en las dos primeras noches de feria, si bien Úbeda pide “que no se espere a que haya conflictos, que se prevenga desde antes”.
Desde la noche del domingo, la parada cuenta con vigilancia. Este año se ha optado por recurrir a la seguridad privada y, por primera vez, se han colocado vallas para canalizar el flujo de pasajeros, “como en los conciertos”, explica José Siles, responsable del gabinete de prensa de la Policía Local. “Son los autobuses los que reciben una afluencia masiva de gente. En una parada de taxi en la que puede haber 50 o 60 personas, no pensábamos que fuera necesario colocar vallas”, argumenta.
Siles afirma que sin vallas los pasajeros “se cuelan y se provocan entre ellos”, por lo que la situación ha mejorado bastante desde que las instalaron. En los últimos días no se han producido incidentes significativos, aunque sí que “se ven peleas cada seis metros porque la gente en ese estado no atiende a razones”.
En las paradas de autobús sí que instalaron vallas desde el primer día. “Hicimos el experimento el año pasado y vimos que es la mejor manera, porque si no la gente no respeta”, relata Siles.
Los autobuses también cuentan con agentes en las últimas horas de la noche desde el primer día. Aun así, el consorcio de transportes ha contratado su propia seguridad privada, con un vigilante del Grupo Control que se coloca en cabeza de fila.
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