Yo la conocí en un taxi...

Parada de taxis en Almería capital.
Parada de taxis en Almería capital.
V. M. S. (Almería Postureo)
13:38 • 30 nov. 2017

Es gracioso el mundo del taxi. La de anécdotas que salen de ellos, reencuentros, historias de amor, desgracias, borracheras, llamadas de emergencia… ¡Eso sí! Son muy caros, y no hablo solo de la licencia –que también-, sino más bien de las tarifas...




Hay momentos en los que la vagancia se adueña de mi cuerpo. A eso tenemos que sumar la huelga de examinadores de tráfico, por la que llevo más de dos meses esperando para examinarme, y ellos tan tranquilos tocándose el peral su casa. Eso hace que algunos momentos necesite un taxi o un autobús. El autobús mola, sæcio, pos cuando no tienes nada que hacer con tu vida, pero cuando vas con prisa y tienes que ir de la universidad a tu casa, que el autobús te de la vuelta por Almería y provincia enseñándote todos los rincones de la ciudad. O cuando esperas en las paradas a ver cuando llega y tal y pascual… pos esos momentos hacen que me enfade y pida un taxi.




Entonces llamas a la chica de la operadora, que siempre es la misma llames desde donde llames, yo creo que llamas en Pamplona y te descuelga también la de aquí...




-Taxis de Almería, ¿qué necesitas sæcio?
-Pos na, quiero un taxi, no voy a querer un Mc wapper de esos con bebida y patatas gratis…




La relación ya empieza tensa, la chica te responde de malas maneras -o se ríe, depende de como lleve el día- y te dice:




-¡Estupendo Manolo, va para allá el 784, en media hora lo tienes que estamos colapsados!...




Ahí que llega Manolo en su “Toyota nuevo”, que no hace ni ruido ni nada, y empieza a entablar contigo una conversación impresionante y digna de hacer que te quedes en el coche tres cuartos de hora más. Olvidando tu trabajo, tu cita o lo que sea...




Ahí esta Manolo, enfermo de corazón, con 31 años de servicio, separado, dos hijas, una estudia en Alemania y la otra trabaja en el Pryca de 8 de la mañana a 1 de la tarde, media jornada, cuando ella sale tiene que ir a recoger a sus hijos que estudian en la Salle y a su casa, que su marido Jorge le prepara la comida, es que ahora esta de baja, pero él es autónomo.


¿Y tú, nenico, a qué te dedicas? ¡Tócate el toto! ¡Pero Manuel, pichica, que te he dicho que voy al Alcampo y todavía no hemos salido de la parada!... y el taxímetroooooo… ¡lleva ya 8.45€! ¿Quién tiene que pagar esoooo ahoraaaaa? ¡Que yo entiendo Manuel que estés un poco agobiado por que tú con los niños no te puedes quedar todas las tardes, y que te gusta mucho el fútbol y te quedas sin verlo! ¡¡Pero yo que culpa tengo, Manuel!... Arrancaaaa por Diosss Manuel, arrancaaaaa que hoy me echan del trabajo… ¡madreeeee míaaaa!


¿Os ha pasado algo parecido a vosotros? ¿El taxista callado o animado siempre? ¡Contadme vuestra experiencia más loca Sæcios!




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